España se enfrenta este martes a Francia en las semifinales de la Eurocopa. Otra final anticipada, como pudo ser la que jugó ante Alemania, pero con la confianza de haberse ya encontrado en situaciones incómodas y haber sorteado cualquier tipo de obstáculo.
En el inicio de la concentración y del torneo tuvo que superar las adversidades de la desconfianza del propio entorno y también externa. Nadie daba un duro por este equipo. No figuraba entre los favoritos en las casas de apuestas y en la opinión pública se había instalado un relato de que la selección era un conjunto sin estrella que difícilmente iba a llegar lejos.
Luis de la Fuente supo mantener a sus pupilos aislados de esta corriente, reiterando una y otra vez que «mis jugadores son los mejores del mundo«. La capacidad didáctica del técnico permitió que los futbolistas interiorizaran el discurso de su míster y no tuvieran en cuenta los comentarios que llegaban desde fuera.
Pesimismo desde el arranque
España había quedado encuadrada en el grupo de la muerte con Croacia, Italia y Albania. La cuesta era muy empinada y la Roja sorprendió con un juego espectacular con el que derrumbó a dos selecciones cuyo palmarés las avalaba. Croacia, por ser tercera del último Mundial de Qatar 2022, e Italia, última campeona de Europa en 2021.
Laporte es un pilar de la selección española / EFE
El ruido alrededor del equipo se centró en la figura de Laporte. Su ausencia frente a Croacia disparó los rumores sobre su mala forma, el debate de porqué se había seleccionado a un futbolista de la débil liga saudí y que además no estaba al cien por cien físicamente. Laporte contestó en el campo con un partidazo frente a Italia y ya se ha quedado en el once sin discusión.
Los octavos de final tuvieron también sus momentos tensos. Georgia parecía una perita en dulce, pero se avanzó en el marcador y durante 21 minutos sembró el pánico hasta que Rodri empató. La segunda parte ya fue un paseo con Lamine Yamal y Nico Williams exhibiéndose.
Siempre jugando fuera de casa
España siempre se encontró ambientes adversos, los 7.000 aficionados de media se quedaban muy cortos respecto a las aficiones rivales. Por si no era suficiente, en cuarto correspondió la anfitriona Alemania en la caldera de Stuttgart. Todo estaba en contra para la Roja y se antojaba casi imposible pasar de ronda.
Sin embargo, la Roja pudo con la lesión de Pedri por una entrada salvaje de Toni Kroos, los arreones teutones y el golpe de recibir el empate en el último minuto de partido. En la prórroga, sin los dos ‘niños’ de oro del fútbol español, apareció un héroe inesperado.
![España - Alemania](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/44a0e40a-f3a2-489d-8c4c-87335415cf1c_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
La afición española siempre ha estado en minoría / J.J. Guillén
Mikel Merino se alzó más que nadie para cabecear a la red y firmar el gol de la victoria a centro de un Dani Olmo que ha derribado la puerta en esta Eurocopa.
España pasó a semifinales, aunque con una factura muy alta. Pedri está lesionado para el resto del torneo, mientras que Carvajal y Le Normand son baja por sanción frente a los franceses.
Sin Carvajal ante Mbappé
La ausencia del madridista es especialmente importante por ser el futbolista encargado de marcar a Mbappé. Jesús Navas, a sus 38 años, deberá afrontar el duelo de máxima exigencia. Otra prueba de fuego a superar para este equipo.
La fórmula de De la Fuente ha sido sencilla para sostener al conjunto español. Mentalizar a sus futbolistas que los 26 convocados son importantes, que nadie se sintiera menospreciado y todos asumieran su rival.
![Carvajal se perdería las semifinales](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/b808b7b0-3376-485b-a1f0-5c9de75bfeb8_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
Carvajal se perderá las semifinales / EFE
Esto ha hecho que el equipo haya hecho callo y sea una piña casi indestructible. Pedri, por ejemplo, pese a su lesión, no quiso irse a casa y permanece con sus compañeros.
Francia era el peor rival que podía tocar. La subcampeona del mundo con Kylian Mbappé en sus filas, pero España no teme a nadie. Motivos le sobran para pensar que puede llegar a la final de Berlín del domingo. Del espejismo inicial se ha pasado a un dulce realidad que los españoles están saboreando con agrado.