Ya han llegado a las costas españolas las primeras carabelas portuguesas, una de las medusas (aunque en realidad no es tal) más temibles de cuantas visitan nuestro país. El domingo, se produjo una picadura a un bañista de la playa de Donostia (Gipuzkoa), pero también se ha dejado ver en Cantabria, Galicia, Costa Brava y Andalucía. Y todo indica que irán llegando más, pues el calentamiento de las aguas (por el cambio climático) favorece su propagación en las costas españolas.
Se trata de una especie con la que hay que tener especial cuidado, pues su picadura resulta no solo muy molesta, sino que puede causar graves afecciones y, en casos extremos, incluso la muerte.
El cambio climático, las borrascas y el descenso de las tortugas marinas (una especie amenazada que se alimenta de medusas), podrían estar detrás de este hecho, según la Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos (CEMMA).
La carabela portuguesa (Physalia physalis), llamada ‘falsa medusa’ por su parecido a ese invertebrado marino que también pertenece a la familia de los cnidarios, es una especie acuática que suele encontrarse en mar abierto en las aguas cálidas.
Los cnidarios, sin ser en colonia, aparecen sobre todo cuando se dan situaciones de sucesivas borrascas que arrastran masas de aire oceánicas hacia la costa, un hecho que tiene lugar “todos los años”.
“Normalmente las medusas que llegan son ‘veleiriños’ (Velella velella) y, en el medio, alguna otra especie como la carabela portuguesa”. Pero este año se ve que hubo alteraciones, detalla Alfredo López, biólogo del citado centro.
Las picaduras de las carabelas portuguesas pueden provocar intenso dolor o problemas respiratorios, dado que la neurotoxina secretada por sus tentáculos posee una alta toxicidad.
Todos los cnidarios tienen células urticantes, lo que significa que “disparan un gancho y ese gancho tiene una sustancia tóxica”, pero el problema no es tanto la toxicidad, sino la diferente respuesta que tengan las personas a ella.
Efectos sobre las personas
“Hay personas más sensibles, menos sensibles y las hay alérgicas”, subraya el biólogo, que aclara además que esa alergia no se conoce hasta el contacto con el animal.
La picadura de una carabela portuguesa puede resultar mortal para un niño e incluso para un adulto con la salud debilitada. Para una persona de peso y salud normal no debería resultar dañina en extremo y sus efectos pasarían en unas cuantas horas.
La carabela pica como un mecanismo de defensa automático cuando se siente amenazada. En cada centímetro cuadrado de sus tentáculos hay más de un millón de elementos urticantes, es decir, que provocan en la víctima, en este caso en el bañista, una reacción alérgica.
Lo más habitual es el escozor y el picor en la zona donde haya inoculado el veneno. Esta es la sintomatología más leve.
Su picadura puede provocar fuertes dolores, vómitos y fiebre, náuseas e incluso resultar mortal. Su veneno es muy peligroso y permanece activo incluso cuando el ejemplar haya sido retirado a la arena. Por ese motivo es fundamental no tocarlo jamás.
Lo primero que se aconseja es actuar para neutralizar el veneno retirando los restos de los tentáculos de nuestra piel. Según el lugar donde nos pille y en función de la distancia a un puesto de socorro o a una farmacia, se puede intentar lavar la zona con alcohol o con agua salada. No usar nunca agua dulce porque intensifica los efectos. Tampoco está recomendado usar vinagre, algo que sí funciona con la medusa común. No conviene aplicar agua fría, sino preferentemente caliente y usar después de una crema con cortisona.
Preguntas clave sobre la carabela portuguesa
¿Son peligrosas?
La picadura de una carabela portuguesa puede llegar a resultar mortal para un niño y para un adulto con la salud debilitada. Para una persona de peso y salud normal no debería resultar dañina en extremo y sus efectos pasarían en unas cuantas horas.
¿Cómo actúan?
La carabela pica como un mecanismo de defensa automático cuando se siente amenazada. En cada centímetro cuadrado de sus tentáculos hay más de un millón de elementos urticantes, es decir, que provocan en la víctima, en este caso en el bañista, una reacción alérgica.
¿Qué síntomas produce su picadura?
Lo más habitual (de ahí el nombre de falsa medusa) es el escozor y el picor en la zona donde haya inoculado el veneno. Esta es la sintomatología más leve. La picadura provoca dolores muy fuertes.
¿Provoca reacciones graves?
Sí. Su picadura puede provocar fuertes dolores, vómitos y fiebre, náuseas e incluso resultar mortal. Su veneno es muy peligroso y permanece activo incluso cuando el ejemplar haya sido retirado a la arena. Por ese motivo es fundamental no tocarlo jamás.
Qué hacer si se sufre una picadura
Lo primero es actuar para neutralizar el veneno retirando los restos de los tentáculos de nuestra piel. Según el lugar donde nos pille y en función de la distancia a un puesto de socorro o a una farmacia, se puede intentar lavar la zona con alcohol o con agua salada. No usar nunca agua dulce porque intensifica los efectos. Tampoco está recomendado usar vinagre, algo que sí funciona con la medusa común. No conviene aplicar agua fría, sino preferentemente caliente y usar después de una crema con cortisona.
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