Hasta las reiterativas noticias sobre las Clarisas de Belorado, no se oía de monjas; si bien, a las Hermanas de la Cruz, tan numerosas,  las encontramos por la calle en la mañana al regresar al convento tras una noche en vela junto a enfermos crónicos; son inconfundibles por sus alpargatas y hábito  pardo de de estameña.

Se dice: “no hay vocaciones”. Lo cierto: Dios, Misericordia Infinita, sigue llamando para remediar, del mejor modo, nuestras necesidades de todo orden; pero el mundo envuelve especialmente a la juventud,  y un  modernismo y relativismo esterilizantes han penetrado, también, en sociedades religiosas. Por este motivo, de Dios se habla poco y apenas nada sobre las verdades eternas. Llama la atención que las órdenes religiosas más fieles a sus fundadores sigan siendo las de mayor vitalidad.

Las monjas son necesarias en la educación, la sanidad, la atención a los pobres…, y en la oración contemplativa. Se las echa de menos en sus puestos, ocupados, la mayoría, por gente de fuera. Suelen trabajar por vocación, como se dice: llevan, en su ADN, espíritu de entrega y sacrificio;  desinterés, en sus venas; amor a Cristo, en su corazón y  la esperanza del Cielo en su alma. La motivación superior las hace incomparables. Muchos se deshacen en elogios a las religiosas que los han acompañado en hospitales; aunque las haya cascarrabias, son más las de alma grande.

Las oraciones de las contemplativas, hoy son imprescindibles por la Paz. Algunos conventos organizan convivencias juveniles para que las chicas con inclinación a la vida religiosa puedan plantearse su vocación. La Superiora de uno de los  monasterios de Valladolid, la Madre Olga del Redentor, afirmó:  «Dicen que hay descristianización, pero ¿qué les damos nosotros para compensar? ¿Por qué no podemos ofrecerles lo nuestro de una manera comprensible, sobre todo estando convencidas, como estamos, de que es lo mejor?». Una maravilla la cantidad de jóvenes estudiantes, incluso con carrera y bien posicionadas, que, en estos tiempos de materialismo y hedonismo, se han entregado a Dios en la vida religiosa contemplativa. Dios posee un gran atractivo. Expresó, la Madre Olga: “cuando lo descubren, les gusta y se enganchan. Y ya no pueden prescindir de Él». Para Agosto, las Carmelitas Descalzas de Rondilla

(cuarta fundación de Santa Teresa), han organizado una convivencia juvenil carmelitana. Las felicito y encomiendo los frutos. Como manifestaba una monja de mi colegio, “las religiosas de clausura son el pararrayos de la humanidad”.

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