Con los sentimientos a flor de piel y la sensación de haber logrado una «victoria» histórica, ERC Junts celebraron el pasado 30 de mayo la aprobación definitiva de la ley de amnistía. Un mes después, su aplicación ha tenido ya luces y sombras. Mientras el TSJC ha dejado sin efecto la condena a dirigentes como el exconseller Miquel Buch, el Tribunal Supremo ha descartado exonerar al expresident Carles Puigdemont, que será arrestado si cruza la frontera, o al exvicepresident Oriol Junqueras, que mantendrá la inhabilitación hasta 2031. Sin embargo, aún hay un tercer grupo: los que podrían beneficiarse de la norma, pero no quieren que se les aplique.

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