Este 7 de julio, Francia ha rechazado rotundamente a la extrema derecha en la segunda vuelta de las elecciones legislativas, marcando un hito significativo en la política europea. Según los primeros sondeos al cierre de los colegios electorales, las proyecciones de Ifop para el canal de televisión TF1 indican que el bloque de izquierdas ha emergido victorioso, consolidando una mayoría significativa en el parlamento. Este triunfo no solo representa una defensa robusta de los valores democráticos en el corazón de Europa, sino que también previene un posible efecto contagio en el resto del continente.


Este hecho supone una derrota humillante para el Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen y Jordan Bardella, quienes han visto frustradas sus aspiraciones de influir en la política nacional con su agenda ultraderechista. La victoria de la izquierda en Francia llega en un momento crucial, reafirmando el compromiso de los ciudadanos europeos con la democracia, la igualdad y la justicia social.

Otro julio nefasto para la derecha

Curiosamente, este evento histórico coincide con otro significativo en la península ibérica. Hace dos años, también en el mes de julio, Pedro Sánchez logró una victoria crucial en las elecciones del 23 de julio de 2022, derrotando a Alberto Núñez Feijóo y evitando que la ultraderecha llegara al poder en España. Este paralelismo no solo resalta la importancia de las elecciones en el mes de julio para la política europea, sino que también subraya el papel decisivo que las fuerzas progresistas están desempeñando en la defensa de los valores democráticos en el continente. Ya son 4 de las 5 grandes economías del continente que recaen en la izquierda.

Cabe destacar que Feijóo ha visto cómo tanto su liderazgo y el del PP ha quedado manchado de vergüenza ya que es el único mandatario en no hacer un cordón sanitario a la ultraderecha. Se ha visto en Francia para parar a Le Pen y se ha visto en Alemania para frenar a Alternativa para Alemania. Alberto Núñez Feijóó va cada vez más en sintonía con discursos de odio como el de Bardella, por ejemplo. De hecho, el PP ha pedido está semana sacar la Armada para evitar que los inmigrantes lleguen a las Islas Canarias. 

Además, Bardella ha asumido un mensaje similar al de Feijóo al mandar un mensaje catastrofista sobre el hecho de que gobierne la izquierda: «Esta tarde, estos acuerdos electorales arrojan a Francia en brazos de la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon».  Asimismo, ha acusado a Macron no limitarse «a empujar al país hacia la incertidumbre y la inestabilidad» sino también a privar «a los franceses de toda respuesta a sus dificultades cotidianas durante muchos meses en medio de una crisis de poder adquisitivo».

La derecha europea, en decandencia 

Las derrotas de Feijóo en España y de Le Pen en Francia, son una clara señal de que los ciudadanos europeos están rechazando las políticas de división, odio y exclusión promovidas por la extrema derecha. En lugar de ello, están optando por un futuro basado en la solidaridad, la inclusión y el respeto mutuo. Este patrón es una indicación alentadora de que, a pesar de los desafíos, los valores democráticos pueden prevalecer cuando los ciudadanos se unen en defensa de los mismos.

La victoria del bloque de izquierdas en Francia es una celebración de la democracia y un recordatorio de que el poder reside en las manos del pueblo, siempre soberano. Al igual que en España hace dos años, los ciudadanos han decidido en favor de una sociedad más justa y equitativa. Esta tendencia progresista podría ser crucial para enfrentar los desafíos futuros y construir una Europa más fuerte y unida.jos

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