Después del susto de este viernes tras el desplome de una palmera sobre la terraza de un restaurante en la Glorieta, y la tala posterior de otro ejemplar en apenas metros, la cosa no ha quedado ahí. Desde primera hora de la mañana las brigadas municipales están revisando todos los ejemplares y ya se han talado otras dos datileras de gran porte. La icónica plaza quedó ayer totalmente precintada en vista a lo ocurrido y tal y como ha podido saber este diario es posible que se retire una tercera palmera. Todo apunta a que están dañadas por estrés hídrico, es decir, fenómeno que suele ocurrir ante cambios de temperatura bruscos y cuando las plantas no llegan a recibir los aportes que necesitan para estar sanas en todos los tramos del tronco. Si una parte tiene debilidad, hay probabilidades de que se parta como ocurrió ayer.
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