El Orgullo mezcla su fiesta con reivindicaciones y críticas por Palestina, Rusia y «los bulos» de la ultraderecha

Un día histórico que ha reunido a 300.000 personas, según Delegación del Gobierno, para reivindicar los derechos del colectivo, en que la necesidad de unas leyes garantistas y una mayor visibilidad se ha entremezclado con la guerra en Palestina y Ucrania y los «bulos» de la extremaderecha». 

Tras una colorida y apacible marcha en la que no ha habido incidentes que resaltar, los representantes del colectivo han leído un manifiesto en el que han reivindicado «educación», «derechos» y «paz». Haciendo, en este último punto, especial hincapié en el fin del «genocidio de Israel en Palestina», «el fin de la invasión Rusa en Ucrania» y el fin de las «desinformaciones y bulos» que alimentan la ultraderecha para «confrontar al colectivo LGTBI+ con el feminismo». 

Ante la atenta mirada de activistas, entidades sociales y representantes políticos, el colectivo ha respondido el discurso de la extremaderecha que les reprocha apoyar al pueblo de Hamas cuando es una cultura que no defiende los derechos LGTBI. 

Frente a ese supuesto, han rechazado «cualquier intento de utilizar la lucha del colectivo LGTBI+ para justificar el genocidio en la franja de Gaza».

«El movimiento LGTBI+ español está con Palestina y desde aquí, exigimos a Israel que cese en su matanza». Un mensaje muy similar al que lanzó el diputado socialista, Santi Rivero, en la Asamblea de Madrid hace unas semanas. 

El compromiso del colectivo no es algo que se ha quedado solo en el manifiesto, los vasos reutilizables de Plaza de España, donde se celebran muchos conciertos, también recaudaban beneficios para la «causa solidaria de palestina».

Tras ‘sacar’ un compromiso por parte del Gobierno y el PP para avanzar en un pacto de Estado contra los discursos de odio, una reivindicación que han vuelto a hacer las organizaciones convocantes de la marcha.

En su discurso, han reiterado la necesidad del fin de los ataques, desinformaciones y bulos que «alimenta la ultraderecha» para confrontar y dividir al colectivo LGTBI+ con el feminismo. El activismo LGTBI+ es feminista y el feminismo, es transinclusivo. «Y nadie que diga lo contrario representa ni al feminismo ni al activismo LGTBI+».

Leyes estatales y autonómicas

Durante el manifiesto, los organizadores han sido especialmente críticos con el escaso desarrollo de algunas leyes nacionales, como la LGTBI, y con la modificación de legislaciones autonómicas, como la ley Trans de Ayuso. 

Por ello, han usado el portavoz que le facilita la manifestación para exigir que se nombre ya la Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y la No discriminación, «herramienta fundamental para garantizar la igualdad en nuestro país». Al tiempo, han reclamado que se pongan en funcionamiento de una vez por todas los Planes de diversidad LGTBI+ en las empresas, «garantizando así la igualdad en el ámbito laboral».

Frente a la ministra de Igualdad y la vicepresidenta del Gobierno, han solicitado que deroguen la «vergonzosa ley de Ayuso que ha mutilado las leyes trans y LGTBI+ de la Comunidad de Madrid, la primera involución en derechos desde la democracia». 

Continuando con sus reclamaciones nacionales, también han puesto de manifiesto la necesidad de que se regule el cambio registral para las personas trans migrantes y que se reconozca a las personas no binarias. «La administración debe reconocernos», han clamado. 

Sin pin parental

En lo que respecta a la educación, una de las bases de esta movilización, han vuelto a solicitar eliminar el pin parental, «por ser un intento de censurar y perseguir la diversidad sexual en los centros educativos». 

Además, han exigido que en los centros formativos se trabaje «activamente para eliminar y cuestionar los discursos de odio», la creación de una «comisión nacional educativa en materia específica LGTBI+«, la inclusión de las familias de colectivo en las agendas escolares y que las administraciones educativas pongan en marcha contenidos «relacionados con la diversidad afectivo-sexual en los currículos educativos». 

Con las cifras en la mano, la manifestación y la posterior lectura ha servido para defender la necesidad de educar en las aulas. Un lugar en el que los alumnos LGTBI+ se ven cada vez más 

De hecho, la cifra de alumnos que reconocen tener prejuicios contra el colectivo ha pasado del 14,70% en 2019 al 35% en 2021.»Un 22,80% de las personas LGTBI+ reconocen haber sufrido acoso escolar y un 7,38% con agresiones físicas», han enumerado. 

En la manifestación se ha reclamado un gran pacto para eliminar los delitos del odio e ir más allá a la hora de educar en valores de igualdad. Y es que, según cifras de la asociación, 3 de cada 4 centros no hablan de identidad de género.»8 de cada 10 centros no abordan la prevención del odio».

Basándose en esta información, sólo 1 de cada 10 alumnos LGTBI+ recibió formación en diversidad en las asignaturas. «Y porque ante el acoso, sólo en 1 de cada 6 casos se sanciona correctamente y en 2 de cada 3, no se hace nada», han finalizado.