Las elecciones generales de Reino Unido de 2024 pasarán a la historia. Tras 14 años de liderazgo ‘tory’, el Partido Laborista liderado por Keir Starmer se ha erigido vencedor con una mayoría aplastante de 410 escaños, bridando, de paso, al Partido Conservador la peor derrota de su historia: los ‘tories’ han conseguido 121 escaños en el parlamento británico, más de 240 menos que en los comicios de 2020; la magnitud de la debacle se ha cobrado como víctima a Rishi Sunak, primer ministro saliente, que ha dimitido como líder de la formación conservadora. Esta victoria, si bien arrolladora, no ha sido inesperada y cuenta, al menos de momento, con la bendición del mercado.

«Las elecciones generales han supuesto un cambio político significativo para el Reino Unido y los inversores parecen acoger con los brazos abiertos el cambio de guardia«, afirma Dan Coatsworth, analista de inversiones de AJ Bell.

Y es que, si bien siempre hay una sensación de nerviosismo antes de la apertura de los mercados al día siguiente de unas elecciones generales, también es cierto que solo se produce una «volatilidad extrema» cuando los inversores «son cogidos por sorpresa». En esta ocasión, no hubo tal sorpresa: casi todas las encuestas pronosticaban un resultado similar y, por tanto, las cifras que se conocían desde los colegios electorales eran «ampliamente esperadas».

«El cambio de liderazgo del Partido Conservador al Partido Laborista después de una década ha hecho que los inversores se sientan optimistas de que finalmente tendremos a alguien que realmente pueda curar algunas de las heridas autoinfligidas como el Brexit y volver a encarrilar la economía«, subraya Naeem Aslam, director de inversiones de Zaye Capital Markets

UN BUEN INICIO…

Buena cuenta dio de ello el mercado británico, muy volátiles en las últimas semanas, pues el FTSE 100 subió con moderación en la última jornada semanal. Más esperanzadoras fueron las subidas del FTSE 250, más centrado en el mercado nacional. De igual modo, la libra esterlina también cotizó con ligeras subidas frente al dólar estadounidense. Los rendimientos de los bonos (‘gilts’) apenas variaron tras el cambio de ocupante en el Número 10 de Downing Street, lo que, para AJ Bell, es «fundamentalmente una señal de que los mercados funcionan con normalidad».

Según Coatsworth, estos movimientos demuestran que «la incertidumbre política ha terminado» y, por tanto, «se elimina uno de los principales riesgos en torno a la renta variable británica». Ahora, indica Coatsworth, es «factible» que más inversores nacionales y extranjeros «busquen oportunidades en el mercado», por lo que sugiere que la reacción «podría no ser cosa de un día».

«En teoría, podríamos asistir a un efecto de bola de nieve por el que cuanto más suba el mercado británico en respuesta a las elecciones, más gente empezará a dejarse arrastrar. No hay garantía de que eso vaya a suceder, pero tal respuesta sería ciertamente esperada desde hace mucho tiempo teniendo en cuenta cómo la renta variable del Reino Unido no ha sido amada desde la votación del Brexit en 2016«, afirma este estratega-

Y es que la reacción de los índices a la victoria de Starmer y los laboristas fue muy positiva: la subida inicial del 1,8% en las primeras operaciones para el FTSE 250 fue la segunda mayor subida para el primer día de un nuevo primer ministro del Reino Unido desde que se creó el índice de mediana capitalización en 1994. Por su parte, la subida del 0,4% registrada por el FTSE 100 al comienzo de la sesión fue la mejor reacción del mercado en el primer día de un nuevo ‘premier’ británico desde la creación del índice en 1984.

«La del FTSE 250 fue mejor que la subida del 1% de Liz Truss en septiembre de 2022, en medio del alivio de los inversores por la salida de Boris Johnson. Sin embargo, no fue tan fuerte como cuando Rishi Sunak sustituyó a Truss en 2022, lo que provocó una subida del 2,8% en el día para el FTSE 250. Se podría argumentar que fue en circunstancias excepcionales, dado el caos que se produjo bajo el efímero liderazgo de Truss», explica este experto.

Por otro lado, la reacción de la renta variable británica ha sido sensiblemente mejor que la última vez que los laboristas tomaron el relevo al frente el país: tras la victoria electoral de Tony Blair en 1997, el FTSE 250 retrocedió un 0,1%. «Esto es interesante, ya que tanto Blair como Starmer tuvieron un trasfondo similar al llegar al poder, es decir, la sensación de que el país estaba preparado para un gran cambio«, reflexiona Coatsworth.

…CON DUDAS EN EL HORIZONTE

Tan innegable es que estas cifras iniciales son prometedoras para el mercado británico como también lo es que no son pocos los que dudan de lo que pueda hacer el Partido Laborista. Y es que, a pesar de que la victoria de Starmer y los suyos es incontestable, ha obtenido menos votos que el 40% logrado por el exiliado Jeremy Corbyn cuando perdió contra Theresa May en 2017.

Algunos analistas señalan que puede haber un voto de castigo evidente a un Partido Conservador que, en palabras de Aslam, «solo ha traído miseria a Reino Unido en los últimos 10 años» en lugar de un apoyo explícito a los laboristas. Otros, en cambio, apuntan a que los datos de participación plantean serias dudas sobre la aprobación a este Gobierno: la tasa de participación cayó entre 7 y 8 puntos porcentuales respecto a 2017 y 2019 y ha sido la más baja desde 2001, otra cita electoral en la que se pronosticaba una victoria apabullante de los laboristas.

Neil Wilson, analista jefe de mercados de Markets.com, opina que esta circunstancia puede poner en duda la capacidad del Ejecutivo de Starmer y de su plan para la economía británica (‘Securonomics’) para conseguir reformas «realmente profundas». Asimismo, advierte que los mercados todavía no han ponderado algunas de las propuestas del Gobierno laborista, como la de aumentar los impuestos a los beneficios extraordinarios de compañías energéticas y petroleras.

«Los laboristas hablaron mucho de su deseo de impulsar la economía y ayudar a las empresas durante su campaña electoral. Ahora viene lo difícil: cumplir sus promesas. Las finanzas públicas no están en su mejor momento, dados los altos niveles de deuda, y hará falta mucho trabajo duro para acelerar el crecimiento económico«, explica Coatsworth.

¿QUÉ ESPERAR?

En este sentido, el experto de AJ Bell señala que, por ahora, los laboristas parece que dispondrán de «un periodo de gracia para asentarse en el cargo y afinar su estrategia». Sin embargo, el mercado demandará resultados más pronto que tarde: «Los inversores pueden ser impacientes en el mejor de los casos y, si no obtienen resultados positivos a medida que nos acercamos a 2025, el sentimiento podría empezar a cambiar».

En un informe de reciente publicación, los analistas de abrdn tratan de prever cuáles serán los cambios que propondrán Starmer y los suyos desde el 10 de Downing Street y qué efecto tendrán en la todavía maltrecha economía británica. Ben Ritchie, responsable de renta variable de mercados desarrollados de abrdn, afirma que este tipo de victoria arrolladora «aporta el tipo de claridad y estabilidad que necesitan los mercados de renta variable en un mundo cada vez más volátil».

«La agenda laborista a favor del crecimiento es clave para obtener los ingresos fiscales necesarios para financiar los servicios públicos, y el capital privado desempeña un papel vital en el apoyo a la inversión. Si el nuevo Gobierno acierta, las empresas más expuestas a la economía británica serán las que salgan ganando, lo que supondrá una inyección de moral para las empresas del FTSE 250 y el FTSE Small Cap. Con un poco más de paciencia, los inversores podrían verse finalmente recompensados», explica.

Para Ritchie, una de las principales prioridades del nuevo Gobierno debería ser aumentar el atractivo de la renta variable británica para los inversores nacionales e internacionales. «Una de las formas más rápidas y eficaces de conseguirlo es eliminar el impuesto sobre actos jurídicos documentados de las acciones británicas, lo que haría al Reino Unido más competitivo, recompensaría a los ahorradores y atraería la tan necesaria inversión extranjera», agrega.

En cuanto a los mercados privados, Nalaka De Silva, responsable de soluciones de la firma escocesa, subraya que lograr un crecimiento que respalde el gasto público es una «prioridad clave» para el Ejecutivo laborista. «Nos alienta ver que la reforma de la planificación se sitúa en el núcleo de las prioridades políticas y esperamos que esto se traduzca en una reforma y una financiación rápidas y tangibles, no solo a corto plazo, sino con una visión y una estabilidad a largo plazo. Esto es muy necesario para abordar los problemas profundamente arraigados en los mercados del ahorro y las pensiones. Apoyando el flujo de capital hacia los sectores productivos, puede mantenerse la ventaja comparativa del Reino Unido», apunta.

Por su parte, Christian Pittard, director general de finanzas corporativas de abrdn, señala que los laboristas deberán estudiar «urgentemente» la posibilidad de arreglar las normas de divulgación de costes que están frenando el sector de los fondos cerrados en el Reino Unido. «No hay nada que perder y sí mucho que ganar, con un coste cero para el erario público, al tiempo que se impulsa la confianza de los inversores y la inversión en el Reino Unido», señala Pittard, quien cree que las normas «engañosas y poco útiles» sobre la divulgación de costes «están ahogando la inversión» en fondos cerrados.

En materia de pensiones, Alastair Black, responsable de políticas de ahorro de abrdn, celebra que el nuevo Gobierno se comprometiera en su programa a emprender una revisión de las pensiones. «La revisión de las pensiones nos brinda la oportunidad de dar un paso atrás y ponerla en práctica de forma meditada, teniendo en cuenta la opinión del sector. Los niveles actuales de las cotizaciones no garantizarán una jubilación adecuada para la mayoría. Ya hemos pedido que los niveles mínimos de autoafiliación aumenten sustancialmente, e idealmente se dupliquen hasta el 16%. Establecer una hoja de ruta y unos plazos claros para alcanzar este nivel contribuirá a que más personas puedan disfrutar de una jubilación adecuada y aumentará la cantidad de activos disponibles que podrían invertirse en el Reino Unido», sentencia.

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