El expresidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero y los expresidentes Alberto Fernández (Argentina), Evo Morales (Bolivia), Ernesto Samper (Colombia), Rafael Correa (Ecuador) y Manuel Zelaya (Honduras) encabezaron una carta dirigida a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para solicitar su intervención en favor del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas.

Entre las más de 60 personalidades que firman la misiva también están el exjuez español Baltasar Garzón, la exministra española y actual eurodiputada por el partido de izquierda Podemos Irene Montero, el excanciller boliviano Fernando Huanacuni y la exministra peruana Aída García-Naranjo.

El documento fue enviado a la CIDH en las vísperas del periodo de sesiones que celebrará en Nueva York del 8 al 19 de julio para solicitar que ordene la libertad para Glas, exvicepresidente de Rafael Correa detenido el pasado 5 de abril tras la toma por asalto por parte de la Policía ecuatoriana a la Embajada de México en Quito, después que el Gobierno mexicano le hubiese concedido el asilo.

Además, en la misiva se pide también el reconocimiento del asilo diplomático que le otorgó el Gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

También pidió la ampliación de las medidas cautelares dictadas por la CIDH en 2019 por las condiciones del encarcelamiento que en ese momento también seguía Glas y la visita de una delegación de la Comisión a Ecuador para elaborar un informe especial «sobre las irregularidades judiciales y las violaciones de derechos humanos en el caso de Jorge Glas».

Esta es la primera acción del Comité Internacional por la Libertad de Jorge Glas, que tendrá un consejo consultivo presidido por el exmandatario Alberto Fernández y en el que también participarán los exgobernantes Evo Morales y Ernesto Samper y el coordinador del Grupo de Puebla, el chileno Marco Enríquez-Ominami.

«Nunca antes nuestra región fue escenario de tan flagrante atentado al derecho internacional», sostuvo en su carta el Comité, para el que «las posibilidades de que Jorge Glas encuentre justicia en esos tribunales son prácticamente nulas, dado el agotamiento de los recursos internos».

«Este es un caso que pone a prueba a toda nuestra región, a la comunidad internacional y al derecho internacional. Apelamos a que la CIDH cumpla con su papel y contribuya a que se repare el grave daño cometido contra Jorge Glas, el derecho internacional y paz y seguridad de América Latina y el Caribe», apostilló.

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