Ha sido una noche de agonía para los conservadores. Hacia las cinco de la mañana, seis en España, el primer ministro británico, Rishi Sunak, ha reconocido la derrota. En ese momento sobrepasaban los laboristas los 326 escaños, la mayoría absoluta. «El cambio empieza ahora», ha dicho Sir Kir Starmer, que este viernes será el nuevo inquilino del 10 de Downing Street. «Lo hemos hecho». Y ha añadido: «Habéis votado. Ahora nos toca cumplir».

Rishi Sunak acababa de telefonear a Keir Starmer. Ha dicho: «Los laboristas han vencido estas elecciones». Ya se preveía que el partido de centro izquierda iba a arrasar porque así lo preveían los primeros sondeos a pie de urna. La mayoría laborista llegará a los 410 diputados, la segunda más grande después de la lograda por Tony Blair en 1997.

Después de más de 14 años en el gobierno, los conservadores, encabezados por el primer ministro Rishi Sunak, han sufrido una dolorosa derrota, la peor que se recuerda, ya que perderían 234 puestos en Westminster. Un buen número de ministros han perdido su escaño. Los tories se quedarían en 131, seguidos de los liberaldemocrátas con 61, de modo que ganan 50. Ed Davey, el líder de los liberaldemócratas, asegura que es su mejor resultado en una generación.

Sería la segunda mayoría laborista más contundente jamás lograda por el partido de izquierdas, después de la que obtuvo Tony Blair en 1997. Los laboristas no ganaba unas elecciones generales desde hace 19 años.

En su cuenta de X, Sir Keir Starmer ha dado las gracias poco después de conocerse los sondeos «a todos los que han participado en la campaña en esta elección, a todos los que han votado por nosotros y que ha confiado en nuestro renovado Partido Laborista».

El Partido Reform UK, liderado por el artífice del Brexit, Nigel Farage, irrumpe en Westminster con 13 diputados. Y Farage logra su sueño después de ocho intentos. Nunca hasta ahora había logrado un solo escaño. 

El Partido Nacional Escocés es el otro gran perdedor de la jornada, porque queda reducido a diez escaños. Tenían 48.

Lord Peter Mandelson, pieza clave en el laborismo en la época de Blair, ha dicho en la BBC: «Un meteorito electoral se ha estrellado contra el planeta Tierra». Según Mandelson, el resultado «no es tan sorprendente teniendo en cuenta todo lo que ha vivido el país en los últimos 10 años». Ha reconocido el mérito de Starmer y de su equipo. «Nadie habría imaginado que esto ocurriría cuando el partido perdió en 2019».

Según Chris Mason, analista político en la BBC, «hay que recordar, no obstante, que un nuevo gobierno se enfrentará a todos los viejos problemas que causaron tantos problemas a su predecesor: el coste de la vida, las finanzas del gobierno, la presión fiscal, un mundo peligroso… ninguna mayoría, por grande que sea, puede borrar esos retos colosales», añade Mason.

En cinco años, Sir Keir Starmer ha logrado conducir al Partido Laborista al 10 de Downing Street. «Ha cambiado el partido. Es hora de cambiar el país», ha dicho David Lammy, quien asumirá la cartera de Exteriores en el gobierno de Keir Starmer.

Este viernes Sir Keir Starmer, que lleva en Westminster desde 2015, asumirá como primer ministro. El actual jefe de gobierno y líder tory, Rishi Sunak, el quinto en los 14 años de dominio conservador, está en la cuerda floja, tras una derrota sin parangón. Es previsible que presente su dimisión.

Desde que el 22 de mayo Sunak anunció que se celebrarían elecciones anticipadas el 4 de julio, bajo una copiosa lluvia, todo indicaba que los conservadores estaban en tiempo de descuento. Y realmente han recibido una tarjeta roja.

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