El ministro principal de Escocia y líder del Partido Nacional Escocés (SNP), John Swinney, afirmó que ganar la mayoría de los escaños en las elecciones del Reino Unido le otorgaría un mandato para abrir negociaciones con el nuevo gobierno laborista y avanzar en su hoja de ruta hacia otro referéndum de independencia. Pero la realidad que han deparado las urnas ha sido muy distinta: los independentistas escoceses han perdido una quinta parte de sus escaños en la Cámara de los Comunes y, por primera vez, han dejado de ser la primera fuerza de Escocia.

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