La investigación por el intento de asesinato de tres jóvenes en una pizzería de Madrid apunta a que se trata de un ataque entre integrantes de bandas latinas. De hecho, fuentes del caso informan a este canal de investigación y sucesos que el herido, Ramón, un joven español de 21 años y origen latino, está vinculado con la banda de los Trinitarios. Sus otros dos acompañantes, que salvaron la vida, también tienen «apuntes» policiales» por su relación con la misma banda.
Los tres, según las fuentes consultadas por este medio, pertenecen al Coro (grupo) de los Trinitarios de Villaverde, otro barrio de Madrid. La noche del martes salieron de su territorio y entraron en una zona, Delicias, controlada por la banda rival, los DDP (Dominican Don’t Play).
En territorio enemigo
La hipótesis principal de la policía, por tanto es que se trate de un ataque de los DDP (Dominican Don´t Play) la principal banda rival con la que los Trinitarios luchan por el control de algunas zonas de Madrid. Incluso pudiera haberse tratado de un encuentro casual. Miembros de los DDP reconocieron a los rivales en su territorio, acudieron a por un arma y atacaron.
Aunque en ocasiones, como en el último asesinato cometido en Madrid por bandas latinas, se producen también reyertas y ajustes entre diferentes grupos de una misma banda.
La Policía Nacional busca a un chico muy «joven, latino de pelo corto y piel morena» como autor de los disparos en la pizzería y que no estaría fichado por la Policía. Los primeros datos apuntan que el asesino frustrado fue acompañado hasta la puerta del local por otros cuatro jóvenes, con los que huyó después del ataque.
Una bala entre la camiseta
La grabación de las cámaras de seguridad de la pizzería muestra lo que ocurrió. El chico llega solo al local y, después de equivocarse de puerta, entra y se dirige directamente a la mesa de los tres trinitarios. Sin mediar palabra, saca un arma y dispara contra uno de los jóvenes, que sale huyendo hacia el interior. Ese joven se salva milagrosamente, como muchos pandilleros lleva una camiseta muy amplia y el disparo le pasa entre el cuerpo y la ropa.
Luego, el agresor trata de disparar a los otros dos antes de huir. Consigue disparar y herir al tercero, que trata de protegerse con una caja de pizza.
«Dar la vuelta»
El modus operandi también hace pensar en las bandas latinas. En los últimos años emplean chicos cada vez más jóvenes para que cometan venganzas o simplemente «den la vuelta» (ataquen, disparen) a miembros de bandas rivales como una prueba de valor o un ritual de iniciación.
Las bandas emplean chicos cada vez más jóvenes para que cometan venganzas o simplemente «den la vuelta» (ataquen, disparen) a miembros de bandas rivales como una prueba de valor o un ritual de iniciación. A veces ni siquiera conocen a quien tienen que matar
En ocasiones, esos soldados ni siquiera conocen a quien tienen que matar. Y a veces van acompañados de otros pandilleros para garantizar que cumplen el encargo. Así ocurrió el 5 de junio de 2022 cuando dos menores entraron en la sidrería El Tigre, en el barrio de Chueca, y dispararon al camarero por orden de sus superiores en la banda.
El arma
Los investigadores tratan también de identificar el arma que empleó el joven asaltante. En un principio pensaron que se trataba de una escopeta, pero las fuentes consultadas por este canal apuntan que podría tratarse de una chilena, un arma que las bandas latinas fabrican artesanalmente a partir de un tubo y que, en ocasiones, falla al disparar.
Las chilenas suelen tener un cañón, y un disparo. Pero los investigadores creen que podrían haber fabricado una con dos cañones y otros tantos disparos.