El laborista Keir Starmer será el próximo primer ministro de Reino Unido. Los sondeos a pie de urna de las elecciones parlamentarias celebradas este jueves en el país insular dan una amplia mayoría al partido sobre los conservadores del primer ministro Rishi Sunak, que han sufrido pérdidas históricas. Según el sondeo, los laboristas obtendrían 410 escaños en el Parlamento de 650 y una mayoría de 170 de ventaja, poniendo fin a 14 años de gobierno conservador y otorgando al Partido Laborista sus mejores resultados desde 1834.
La victoria laborista ya se auguraba cuando Sunak disolvió el parlamento y convocó elecciones el pasado mes de mayo. El Partido Conservador acababa de sufrir el mayor golpe de su historia en las urnas tras un batacazo en las elecciones municipales. El descontento del votante con el partido gobernante era causa del incesante aumento del coste de vida, de años de inestabilidad en los gobiernos tories y luchas internas que han visto cinco primeros ministros diferentes desde 2016. «El futuro de Gran Bretaña estaba en las urnas en estas elecciones. Y, si tenemos éxito esta noche, los laboristas nos pondremos a trabajar inmediatamente con nuestros primeros pasos para el cambio», dijo en un comunicado Pat McFadden, coordinador de la campaña laborista.
Se prevé que los centristas liberaldemócratas obtengan 61 escaños, mientras que el partido populista de derechas Reform UK, del activista del brexit Nigel Farage, ganaría 13. Aunque el pronóstico para Reform es mucho mejor de lo esperado, el resultado general sugiere que el público británico ha decidido traducir su desencanto en apoyo al centro-izquierda. Esto sugiere una gran diferencia de la tendencia al otro lado del canal de la Mancha: el domingo pasado, el partido de extrema derecha Agrupación Nacional, liderado por Marine Le Pen, obtuvo ganancias históricas en las elecciones legislativas de Francia.
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Los comicios británicos de este domingo no sólo suponen el desplome de los conservadores. Se pronostica que el independentista Partido Nacional Escocés solamente obtenga 10 escaños, su peor resultado desde 2010. Tras un periodo de agitación en el que han dimitido dos líderes en poco más de un año, se ha abierto una investigación policial sobre las finanzas del partido y se han producido divisiones en torno a diversas políticas.
En las últimas seis elecciones británicas, sólo un sondeo a pie de urna se ha equivocado en el resultado: en 2015, cuando la encuesta predijo un Parlamento indeciso y en realidad los conservadores obtuvieron la mayoría. Los resultados oficiales se conocerán en las próximas horas.
Giro laborista
Sunak sorprendió a Westminster y a muchos en su propio partido al convocar las elecciones en un momento en que los conservadores iban por detrás de los laboristas en unos 20 puntos en los sondeos de opinión. El primer ministro esperaba que la diferencia se redujera, como ha ocurrido tradicionalmente en las elecciones británicas, pero la campaña desastrosa del partido ha hecho un flaco favor a la crisis de popularidad de la derecha.