La llamada in extremis del consorcio húngaro que aspira a hacerse con Talgo para que el Gobierno de Pedro Sánchez autorice su oferta de compra del fabricante vasco de trenes ha frenado la espiral de caída en la que había entrado el precio de la acción de la compañía desde hace más de una semana.

Las dudas de los inversores sobre la posibilidad que tiene de salir adelante la oferta de adquisición del grupo húngaro estaban dejando la acción del fabricante presidido por Carlos de Palacio por debajo del umbral de los 4 euros. Desde el pasado viernes 21 de junio hasta el martes 2 de julio, el valor de sus títulos se había desplomado un 10,96%, pasando de 4,47 a 3,98 euros.

El empresario húngaro András Tombor, accionista de la empresa Magyar Vagon y representante del consorcio húngaro Ganz-MaVag, convocó este miércoles con apenas unas horas de antelación una comparecencia ante más de una veintena de medios de comunicación en un céntrico hotel de Madrid.

Tras asegurar que el consorcio está abierto a escuchar las propuestas del Gobierno y a aceptar la entrada de inversores españoles, la acción logró remontar un 2,63% y cerró la sesión bursátil en 4,08 euros. De hecho, el valor de la compañía que controla el fondo Trilantic llegó a situarse como el que más avanzaba en el mercado continuo.

Era la primera vez que el empresario húngaro se pronunciaba públicamente sobre la operación que el Gobierno se resiste a autorizar. La primera noticia del interés por hacerse con la compañía vasca trascendió el pasado 11 de noviembre. Y el 8 de febrero, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tuvo incluso que suspender la cotización de la compañía tras dispararse más de un 9% en bolsa ante los rumores de OPA.

Hace exactamente tres meses, el 4 de abril, el consorcio magiar presentó formalmente el folleto ante el regulador que preside Rodrigo Buenaventura. Y, desde entonces, el precio de la acción ha bajado en torno a un 6%. La oferta contempla con el 100% de la empresa a un precio de 5 euros por título, por un importe total de 619 millones de euros. Su capitalización este miércoles era de 505 millones.

Sin embargo, el Gobierno es reticente a la toma de control de la compañía española por parte del capital húngaro. Primero esgrimió posibles vínculos con el Gobierno ruso de Vladimir Putin que el propio Tombor se encargó de negar de forma rotunda este miércoles.

Tampoco es del agrado de Moncloa los nexos con el Gobierno de extrema derecha que preside Viktor Orbán. No en vano, Magyar Vagon está participada al 45% por el Gobierno húngaro. A preguntas de los periodistas, Tombor se limitó a manifestar que él es empresario y tiene poco interés en los asuntos políticos.

Las dudas de Óscar Puente

El empresario húngaro dijo esperar con paciencia la decisión por parte del Ejecutivo español sobre una operación que pretende solventar la «falta de suficiente capacidad industrial» para dar salida a sus pedidos. En este sentido, advirtió de que «el tiempo es oro» para el devenir de la compañía. En teoría, el Gobierno debería pronunciarse a finales de julio sobre la operación, pero Tombor citó el 10 de agosto como la nueva fecha que manejan para que la Junta de Inversiones Exteriores decida acerca de la operación.

En este sentido, pidió que la llegada del verano no trastoque los plazos y la decisión se tome «lo antes posible». El plan industrial del consorcio busca ampliar la capacidad industrial de la compañía vasca y hacer que pueda superar los 1.000 millones de euros de ingresos frente a los 400 millones que de facturación que tuvo en 2023. Eso sí, promete mantener su españolidad, así como sus fábricas y trabajadores en España.

«Nuestra oferta tiene sentido para ambas partes, encaja muchísimo con Talgo y es la única oportunidad que tiene para dar un paso adelante y seguir avanzando», zanjó Tombor. Sobre la posible contraoferta que estaría tratando de impulsar el Gobierno desde hace meses, el empresario recordó que debería superar los 5 euros por acción. Asimismo, dedicó buenas palabras a posibles candidatos que se han manejado como CriteriaCaixa -el brazo inversor de La Caixa- o CAF -el otro fabricante ferroviario vasco-.

En todo caso, reconoció ser conocedor de las dudas que suscita la compra al ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. Tras asegurar que no ha mantenido ningún encuentro formal con los miembros del Ejecutivo, se mostró abierto a reunirse para aclarar todas las dudas que pueda albergar Moncloa. «Estamos abiertos al diálogo tanto con Puente como con su equipo», respondió.

Inquietud entre los trabajadores

Aunque Tombor dijo que las reuniones con los representantes sindicales han ido por buen camino y que éstos han entendido sus planteamientos, desde el sindicato UGT FICA consideran que las reuniones mantenidas con Ganz-Mavag y con la dirección de la compañía «más que generar estabilidad y perspectivas de futuro para los centros de trabajo y la empresa en España, crean mayor incertidumbre e inseguridad».

«A pesar de las promesas no escritas realizadas, no parece que exista un plan de futuro para el Grupo Talgo, y de haberlo, la dirección de Ganz-Mavag ha optado por no compartirlo con los representantes de los trabajadores», sentencian.

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