Para ponerse en forma, para mejorar el sistema inmune, para aumentar la energía, para perder peso, para mejorar la piel o el cabello… Estos son algunos de los reclamos que aparecen en muchos suplementos alimenticios que podemos encontrar en las estanterías de los supermercados o en las redes sociales y que tienen una gran aceptación entre la población. Tal es así que según los datos que aporta el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN), un 70% de la población española consume suplementos y productos elaborados a base de plantas. Pero ¿realmente estos suplementos cumplen lo que prometen? Y lo más importante ¿son seguros para la salud?

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