Este jueves se publica la entrevista que Pedro Buerbaum le ha hecho a Alberto Nuñoz-Feijóo en su pódcast. El líder del PP sigue así la estela de Pedro Sánchez al recurrir a un influencer para alcanzar a los más jóvenes. Pero lo hace con un perfil opuesto al de la Pija y la Quinqui. Este joven de 28 años, nacido en 1995 en Tenerife, se define como «emprendedor y superhéroe» y basa su contenido en consejos económicos.
El padre de Pedro Buerbaum, propietario de un negocio de plantas, fue quien le transmitió el interés por el emprendimiento, aunque su afición por los negocios fue desarrollándose poco a poco. «Financieramente la situación no era ni mucho menos mala«, pero «ese mini Pedro, calladito y muy observador, se preocupaba mucho», explicaba de sí mismo en tercera persona en una entrevista con El Español.
Su familia, su éxito y su novia
Buerbaum estudió Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Europea de Canarias. Un centro educativo privado en donde hay que pagar 925 euros al mes para completar el primer curso de ese grado, tal y como señalan en su página web. Previamente, en su adolescencia, ya había intentado triunfar vendiendo productos importados por una tienda online de Amazon. Pero al terminar la carrera, decidió viajar a Londres y Los Ángeles para probar suerte en diferentes ámbitos.
Allí intentó montar sus propios negocios, pero no encontró el éxito. Se mudó a Madrid y montó una heladería en Malasaña llamada Ice & Dreams, donde vendían conos rodeados de algodón de azúcar. Pero el gran éxito llegó en diciembre de 2019, cuando abrió La pollería, el negocio de los gofres con forma de pene que arrasa en Chueca. Durante los primeros años se formaban colas kilométricas y todavía ahora es habitual ver a grupos de despedidas de soltera disfrutando de estos dulces. Pedro Buerbaum tenía entonces 25 años y se convirtió en un fenómeno viral, que ahora acumula más de 731.000 seguidores en Instagram.
Un local tan asociado al colectivo LGTB se ha convertido en una de las fuentes de ingresos principales de Buerbaum, que tiene novia. Se llama Katia Ramos y también es influencer. Tiene casi 42.000 seguidores en TikTok, aunque centra su contenido en la salud mental y habla de su propia experiencia. Desde los 17 sufre depresión resistente a los tratamientos farmacológicos o psicoterapia y comparte a menudo su recorrido personal.
Pedro Buerbaum siempre ha sido muy claro con el motivo por el cual comenzaba su pódcast, llamado Worldcast. Tal y como ha contado, se dio cuenta de que diversas celebrities de Hollywood como el luchador Conor McGregor, el actor Dwayne Johnson o la celebrity y modelo Kylie Jenner triunfaban con sus productos porque eran personas conocidas. Así que quiso emularlo y empezar a potenciar su imagen para dar pie a que el público le prestara atención.
En este proceso ha entrevistado a diversas personalidades del mundo de la política como Santiago Abascal, Alvise Pérez, Vito Quiles, Rubén Gisbert o Dani Desokupa, a quien ahora suma a Alberto Nuñez-Feijóo. Aunque él asegura que no consume contenido de este tipo, ni vota, ni le importa la política.
«Siento una vergüenza ajena tan grande por lo que estoy viendo en los medios de comunicación… En lugar de ser un pilar para la democracia, como debería, se han convertido en cómplices del poder y de los intereses», exclama en uno de sus últimos vídeos en Instagram. «Es que manipulan la información según les conviene con un descaro… y por supuesto, nos dedicamos a desprestigiar y silenciar a las voces disidentes», añade.
«Obvio. Y no es un discurso político, me da igual la política, ni consumo contenido de política, ni presto atención, ni voto, ni nada. Pero es que me parece un escándalo. Apaguen la tele, busquen información de verdad, o como sociedad vamos a ser un ejército de descerebrados», dice, visiblemente enfadado en su vídeo.
Recientemente hizo también una entrevista a Pepe Álvarez, actual secretario general de la UGT, y de manera ocasional organiza debates entre dos personas de opiniones opuestas. Como en el caso de su conversación sobre la gordofobia (con dos personas gordas) o el feminismo (con dos mujeres de visión diferente).
Además, hace multitud de vídeos entrevistando a otros influencers menos conocidos. Muchos de ellos dando pie a teorías de la conspiración como los planes del Club Bilderberg, la llegada de ovnis, la existencia de ciudades en el cielo o la Agenda 2030.
Su nuevo emprendimiento
Tras el éxito de La pollería, Pedro Buerbaum sigue probando suerte para seguir enriqueciéndose. Según explica se vive bien de ser influencer, pero su intención es hacerse milmillonario. Por eso ha creado Blast, una aplicación por invitación para que su público pueda unirse a inversiones en capital de riesgo. «Ofrece a todo el mundo la oportunidad de invertir, mientras que financia a los emprendedores del mañana, indepedientemente [sic] de su origen o procedencia», asegura en su página web.
Ponen un margen de entre 1.000 y 50.000 euros para que cualquiera pueda invertir y no haya que tener grandes cantidades de dinero. Además, prometen que no hay el mismo margen de tiempo y que no habrá que esperar cuatro o cinco años para recuperar el desembolso económico. Ellos aseguran que se hacen cargo de todo. Que ofrecen toda la información de las empresas en las que se va a invertir, que previamente han sido sometidas a una auditoría organizada por Blast.
Pedro Buerbaum busca, por tanto, cumplir la expectativa que él mismo promueve. La idea de que cualquiera puede hacerse rico a través de la inversión si es en los lugares correctos que él mismo verificará. Todo a través de un sistema que fomenta la prisa por registrarse para invertir, debido a que solo unos pocos miembros (escogidos) pueden formar parte de Blast.
El otro negocio que tiene en marcha es Flava, una bebida de agua con gas con sabores y un 5% de alcohol, pero con un 50% menos de calorías y cinco veces menos carbohidratos y azúcares que la cerveza. No la ha inventado él, pero ahora, tal y como lleva anunciando desde hace algunas semanas, está planeando un rebranding importante.