La solicitud de una hipoteca en nuestro país implica, para el usuario, la recopilación de numerosos documentos, como la vida laboral, la declaración de la renta o los movimientos bancarios, entre otros, en un dossier documental que permita identificarse y demostrar al banco que tiene la solvencia necesaria para afrontar ese préstamo. Este procedimiento, durante décadas, se ha realizado de una manera totalmente manual, lo que ocasiona que tanto los usuarios como los propios bancos consuman una gran cantidad de tiempo y de recursos.

Fuente