El contexto del segundo semestre es muy diferente al de principios de año. El crecimiento no ha evolucionado como se esperaba y la inflación no se ha reducido al ritmo previsto, y como consecuencia la Reserva Federal estadounidense (Fed, por sus siglas en inglés) no ha acometido la rápida fexibilización de la política monetaria que auguraba el mercado, que a inicios de año descontaba la primera bajada de tipos para marzo. Las proyecciones se han ido al traste y el banco central no ha materializado los recortes de tasas, que ahora ya no se prevén hasta finales de año. ¿Qué deben esperar los inversores para esta segunda mitad del año?

Según los expertos de JP Morgan, dado que las bajadas de tipos de la Reserva Federal no se han producido y que el impulso crediticio no ha mejorado, eso «debería pesar sobre el crecimiento de EEUU en el segundo semestre».

De hecho, dicen en un reciente informe sobre estrategia en renta variable, el impulso de la actividad estadounidense «se está desacelerando», lo que «pone en riesgo las proyecciones de crecimiento de las ganancias por acción de hasta un 15% de aceleración entre el primer y el cuarto trimestre de este año».

Estos analistas creen que la Fed terminará relajando su política hacia finales de año, pero que lo hará «más bien de forma reactiva y como respuesta al debilitamiento del crecimiento, dada la rigidez de la inflación y las elecciones estadounidenses que complican el calendario».

Y es que ante la proximidad de los comicios para elegir al próximo presidente de EEUU, una carrera en que enfrenta al republicano Donald Trump y al demócrata Joe Biden, previstos para el 5 de noviembre, es bastante improbable que el banco central que lidera Jerome Powell vaya a acometer ninguna medida de calado.

«En otras palabras, en lugar de flexibilizar preventivamente por razones favorables al mercado, como la caída de la inflación, como se pensaba a principios de año, podría parecer que la Fed se está quedando atrás de la curva» dejando los tipos más altos durante más tiempo, señalan los estrategas de JP Morgan.

Lo que está claro es que el impulso del crecimiento de EEUU «se está ralentizando con respecto al fuerte ritmo observado en los últimos trimestres». De hecho, de cara al cuarto trimestre los economistas del banco estadounidense prevén que el crecimiento del PIB real del país «se reduzca al 1,3%, frente al 3,1% del cuarto trimestre de 2023».

Y avisan de que el mercado laboral de momento sigue siendo «un punto positivo, pero eso puede cambiar rápidamente».

¿QUÉ LE ESPERA A LOS MERCADOS?

Con este panorama, señalan desde JP Morgan, solo cabe esperar una «situación problemática» para el mercado de valores durante el verano. Sobre todo porque «ya no existe una red de seguridad, el mercado está posicionado en largo, el Vix está en mínimos, los riesgos potencialmente subvaluados y los diferenciales de crédito son extremadamente ajustados».

Sin olvidar el fortalecimiento del dólar, que «normalmente tiene una correlación inversa con los activos de riesgo», y la elevada incertidumbre política actual, remarcan los analistas del banco.

«La brecha que se ha abierto este año entre la Reserva Federal y el mercado de valores debe cerrarse», aseveran, y recuerdan que a medida que las acciones se desacoplaron de la Reserva Federal, «el mercado implícitamente asumió que se avecinaba una aceleración del crecimiento, pero eso podría no materializarse».

Además, avisan de que los márgenes de beneficio «están tocando techo», el crecimiento de los ingresos «se está debilitando», y los gastos netos por intereses «volverán a subir», por lo que las previsiones de beneficio por acción (BPA) para 2024, que apuntan a una aceleración del crecimiento de los beneficios del 11%, «corren el riesgo de ser revisadas a la baja».

Entonces, ¿cómo hay que posicionar las carteras? En JP Morgan lo tienen claro: «Este año hemos vuelto a ‘sobreponderar’ el estilo crecimiento vs. valor y las large vs. small caps, y lo mantenemos para el segundo semestre en EEUU, sin esperar mucha ampliación», indican.

«La cuestión es si este estrecho liderazgo puede proporcionar mayores ganancias de mercado, dado el alto riesgo de concentración», añaden. También recuerdan que en el segundo trimestre «se produjo una rotación más defensiva», algo que creen que «continuará».

Por último, recuerdan que el rally que comenzó en noviembre «ha creado un panorama técnico complaciente», de forma que ahora los indicadores de sentimiento y posicionamiento están cerca de máximos. Pero no hay que olvidar que «las temporadas de resultados son más desafiantes durante el verano».

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