«Ahora me va a tocar aguantarle toda la semana porque ha marcado», asumía entre risas Lamine Yamal en la rueda de prensa posterior a la victoria de España ante Georgia en octavos de final de la Eurocopa. Se refería, como no podía ser de otra forma, a Nico Williams, su inseparable compañero y amigo, dentro y fuera del césped durante la concentración de la selección española. «Espero que la semana que viene me pueda callar el a mí. Al final nos retamos el uno al otro, nos compenetramos muy bien, tenemos una relación muy buena», respondió el extremo del Athletic, desafíando a su colega.
A sus 21 años, el pequeño de los Williams se está dando a conocer en la Eurocopa a todo el mundo del fútbol tras una temporada de explosión en LaLiga. Él y Lamine, encumbrado con solo 16 años como la gran estrella de España, se han adueñado de la Eurocopa y generan pánico entre los equipos rivales al mismo tiempo que se divierten, dentro del terreno de juego pero también fuera. Como si estuvieran abstraídos de la relevancia del torneo que disputan y llevan la química que trasmiten fuera del campo al verde, como se pudo ver cuando en medio del partido de octavos se jugaron al piedra, papel o tijera quién bebía agua de la botella.
Bailes en Tik Tok que han trasladado al césped, piques en la Play Station, paseos en bici, excursión en busca de un viejo campo de fútbol abandonado… Ambos parecen estar disfrutando como lo haría cualquier chaval de su edad de su particular Interrail por Alemania. Pero al mismo tiempo, cuando se ponen las botas, esa felicidadad se convierte en terror para las defensas rivales. Venenosos, atrevidos, veloces y sobre todo descarados, destrozan defensas rivales y van a más conforme avanza el torneo. Buena fe de ellos pueden dar los croatas, italianos y los georgianos, la última de sus víctimas.
En ese choque, entre ambos sumaron 13 regates completados, siendo un martillo pilón durante los 90 minutos del que era el primer partido de eliminatorias en una Eurocopa de su vida. Nico marcó (el tercero) y Lamine asistió a Fabián en el segundo. El MVP del partido se lo llevó Rodri, autor del primer tanto, pero bien podría haber sido para cualquiera de los dos extremos de España, que ahora han fijado su objetivo en Alemania, la anfitriona, a la que se enfrentarán en el duelo que abrirá la ronda de cuartos de final del torneo este viernes (La1; 18.00).
Musiala, amenaza alemana
Precisamente en ese partido se enfrentarán a otro de esos jóvenes descarados que está deslumbrando en la Eurocopa. Jugando con el diez a la espalda, Jamal Musiala ha respondido a la confianza total de Naggelsman asumiendo el liderazgo de la Mannschaft. El técnico alemán le ha entragado las llaves de la selección, que en los últimos años había protagonizado varios batacazos, para empezar a recuperar el pulso los grandes torneos de selecciones.
Uno en el partido inaugural ante Escocia, el que abrió la lata en el segundo choque de la fase de grupos ante Hungría y otro en octavos ante Dinamarca, que sirvió para sellar el pase a cuartos de final. Tres en total, que le han llevado a compartir momentáneamente pichichi con Gakpo (Países Bajos), Mikautadze (Georgia) y Schranz (Eslovaquia).
‘Bambi’, como le apodó su amigo Leroy Sané, «es dulce y muy agradable», en palabras de Serge Gnabry, pero en el campo saca el colmillo, tanto con el Bayern como con la selección, con la que ha batido todos los rércords de precocidad del fútbol alemán, llegando a ser calificado por Lothar Matthaus como «el Messi del futuro».
Partiendo de la banda izquierda, lidera el juego de Alemania y se muestra poderoso, tanto bajando a recibir y encarando a sus rivales como atacando el espacio a la espalda de los defensores. A sus 21 años, Musiala ha asumido sobre sus hombros el peso de todo un país. Y como Nico y Lamine, no ha parecido afectarle para nada en absoluto.
Precisamente antes del torneo habló sobre el extremo del Barça, con el que se verá las caras este viernes, en un duelo que apunta a convertirse en generacional: «Me gustó Lamine Yamal. Me gustan los jugadores que son fuertes en situaciones de uno contra uno, los futbolistas que son valientes y hacen que el juego sea hermoso. Y él es uno de ellos», dijo, en parte definiéndose también a él mismo
Del liderazgo de Bellingham al balón parado de Güler
Mientras que Lamine, Musiala y sobre todo Nico han aprovechado el escaparate de la Eurocopa para confirmarse como futbolistas del primer escalón de la élite, para Jude Bellingham el torneo está siendo el de la reivindicación y el de la confirmación de que el carácter ganador que ha mostrado durante todo su año de estreno en el Real Madrid no ha sido cuestión de una simple temporada.
Sin llegar a rallar a su mejor nivel, en gran medida por el sobreesfuerzo físico realizado durante una campaña interminable con el club blanco en la que conquistó Liga y Champions, el de Stourbridge ha sido más que clave para que una dubitativa Inglaterra haya llegado hasta los cuartos. Por el gol que valió tres puntos en el debut ante Serbia, pero sobre todo por la chilena salvadora en el último minuto del tiempo reglamentaria en los octavos de final ante Eslovaquia.
«Estábamos a 30 segundos de irnos para casa, sintiendo que dejábamos caer a nuestro país y a nuestra gente…Pero en 30 segundos, una patada a un balón puede cambiarlo todo». Y tanto que lo cambió», aseguró tras ese partido. «Es un sentimiento que no me gusta porque vas perdiendo, pero que cuando lo consigues sienta genial. Es un hábito que aprendí en Madrid, donde mi juego ha mejorado, y estoy orgulloso de haberlo traído hasta este partido», aseguró, en un guiño a su club.
El último en sumarse a la terna de jóvenes que pelean por el premio a mejor jugador del torneo ha sido su compañero Arda Güler, líder a sus 19 años de una Turquía que se ha colado en cuartos tras derrotar a Austría en el mejor partido de todos los octavos. Un equipo desordenado pero vistoso en ataque, en el que todo pasa por el centrocampista del Real Madrid y del también jovencísimo Kenan Yıldız, delantero de la Juventus.
Xavi Simons, de la Masia a la Eurocopa
Güler ha llegado lanzado a la Eurocopa tras brillar en el tramo final de la temporada con el Real Madrid. En Alemania suma ya un gol (un tremendo disparo que dio la victoria a los turcos frente a Georgia en el primer partido de la fase de grupos) y una asistencia, la del segundo gol de Demiral en la victoria en octavos ante Austria. De sus botas también salió el córner que abrió el marcador en ese mismo partido, demostrando que el golpeo a balón parado está también entre su catálogo de armas.
«Ha hecho una actuación magnífica. Corrió como nunca lo ha hecho en su carrera y también estoy orgulloso de eso. Jugó para el equipo. Todavía le falta un poco físicamente por su corta edad. Pero le tengo que felicitar. Estoy orgulloso de él», le alabó su entrenador, el italiano Vincenzo Montella, tras acabar el duelo de octavos.
También asoma por Alemania otro viejo (joven) conocido del fútbol español. Xavi Simons, excanterano del Barça, se ha adueñado con solo 21 años de la banda izquierda de la selección holandesa, y este martes brilló en la victoria de la naranja mecánica frente a Rumania, dando dos asistencias en la que fue la primera clasificación en una ronda eliminatoria de los naranjas en una Eurocopa desde 2008.
Ronald Koeman, que ya demostró su predisposición a apostar por los jóvenes en su etapa en el Barça, en el que hizo debutar a Pedri y a un Gavi que apenas había jugado un par de partidos con el filial, ha mantenido ese perfil con su desembarco en la selección holandesa y no le ha temblado el pulso a la hora de convertir en indiscutible a un Simons que tras pasar por el PSG se ha asentado en la Bundesliga jugando en el Leipzig.