No son las comunidades autónomas con más tasa de inmigración. Incluso sus políticas sociales se sitúan entre las más favorables a la acogida e integración de los inmigrantes. Más aún, los sondeos de sus respectivos observatorios de inmigración revelan una actitud general de su población positiva hacia ellos en comparación con otras comunidades. Sin embargo, Euskadi y Navarra figuran como las comunidades autónomas con una mayor tasa de delitos e incidentes de odio en España. Se trata de delitos fundamentalmente de carácter racista y xenófobo. Sus tasas por cada 100.000 habitantes triplican la media nacional.
El informe anual del Ministerio del Interior constata que, si la media en España el año pasado fue de 4,72 delitos, infracciones o incidentes de odio por cada 100.000 habitantes, en el caso de la Comunidad Foral de Navarra ese indicador se disparó hasta 14,14 casos y hasta 12,21 casos en el País Vasco. En el caso vasco, es en Gipuzkoa donde se registra el indicador más alto: 14,5 casos. En otra provincia vasca, en Bizkaia, la tasa desciende a 11,6 casos. Sólo la ciudad autónoma de Melilla se acerca a esos niveles, con 10,5 casos. Tras ella, el resto de CCAA oscilan entre los 6,9 casos de Asturias y los 2 casos de Extremadura.
Según el informe de Interior, en Euskadi se produjeron el año pasado 271 delitos, de los que la inmensa mayoría, 178, fueron delitos de odio con causas racistas o xenófobas, muy por delante de los casos de infracciones penales por causas de orientación sexual (37), ideología (28) o discriminación por género (15). De este modo, Euskadi fue incluso en término absolutos la comunidad con más delitos de carácter racista o xenófobo, incluso más que la Comunidad de Madrid -139 casos- o Cataluña -89-, ambas con más del triple de población que el País Vasco.
Los datos del informe ahora conocido apuntalan los datos que aportaba otro informe conocido en abril del año pasado y que concluía que los delitos de odio en Euskadi se han disparado en los últimos cuatro años hasta multiplicarse por cuatro. El informe estaba elaborado por la Cátedra Unesco de Derechos humanos y Poderes Públicos de la Universidad del País Vasco y revelaba que en 2022 se tuvo constancia de, al menos, 435 delitos de odio dirigidos contra algún colectivo, lo que suponía cuatro veces más que los 105 del año 2019. También en esta ocasión la investigación subrayaba que en su mayor parte se trata de delitos de carácter racista y xenófobo y que tenían a la comunidad árabe como principal víctima de las agresiones.
Tendencia al alza
Como en el informe de Interior, también en el publicado por la UPV se destacaba que la xenofobía y el racismo estaban detrás de casi la mitad de los delitos de odio y que eran las provincias de Bizkaia y Gipuzkoa las que más casos registraban.
Junto a la inmigración, el rechazo hacia el colectivo gitano es otra de las constantes que se repite. Un informe dedicado de modo específico a evaluar el grado de aceptación de los vascos hacia los gitanos concluyó que sólo la mitad de la población vasca muestra una posición «más o menos tolerante» con los gitanos. En términos generales, en relación a otras realidades como la inmigración, los colectivos con discapacidades o el colectivo LGTBI, los vascos y vascas muestras niveles de aceptación elevados, superiores a la media en España, pero en cambio la posición mayoritaria es de rechazo o de evitar relación con la población gitana: ni como vecinos, ni como pareja ni como compañeros en el aula.
Se da la circunstancia de que el último informe del Observatorio vasco de inmigración, Ikuspegi, concluía que la mayoría de los vascos no ve en la inmigración un problema sino una aportación positiva a su economía. Actualmente la inmigración apenas representa un 12% de la población y la sociedad vasca reclama en su mayoría que tengan los mismos derechos de acceso a los servicios públicos esenciales que la población local. Donde Ikuspegi sí detectaba recelo era con la población de origen islámico. Así, la población procedente de Marruecos Argelia o el Magreb figuran entre quienes menos simpatías generan.
El 42% de los delitos de odio, por racismo
El incremento de los delitos de odios es una realidad extendida en toda España. En sólo tres años el incremento ha sido del 21%. El año pasado se registraron en nuestro país 2.268 hechos identificados como posibles delitos o incidentes de odio. Los relacionados con el racismo o la xenofobia representaron casi el 42% del total. Quienes sufren este tipo de agresiones son en algo más de la mitad de los casos varones.
Los casos de incidentes o delitos de odio contra personas por razón de su orientación sexual o identidad de género supusieron el 23% y en su mayor parte, siete de cada diez casos, las víctimas eran hombres. En el último año han sido en términos relativos los delitos contra personas con algún tipo de discapacidad los que más han aumentado. En 2023 se produjeron más del doble que un año antes, los 49 casos suponen un 113% más y en dos de cada tres casos las víctimas eran hombres.
Los menores de edad protagonizaron casi uno de cada cinco casos de delito de odio, fundamentalmente por motivos racistas y xenófobos. Y junto a la franja de entre 18 a 25 años supusieron el 37% de los autores identificados investigados.