Turquía se metió en los cuartos de final de la Eurocopa y reinó la alegría en Alemania. La amplia comunidad de raíces turcas invadió las calles de las ciudades alemanas para celebrar un triunfo que se fraguó a balón parado con un Arda Güler muy fino y un Demiral imponente en la estrategia.
El partido no pudo empezar mejor para Turquía. En el primer minuto tuvo un córner a favor que sacó Arda Güler con mucho efecto, hubo una serie de rechaces antes de que el central Demiral rematara a bocajarro al fondo de la red. El tanto, sin embargo, no desanimó a los austriacos y Baumgartner acarició el empate.
Austria estaba enrabietada y Arnautovic se movía con mucho peligro en el área. La insistencia era máxima y Turquía supo resistir hasta que logró volver a equilibrar el choque.
Arda Güler, arrancando desde la posición de la posición de falso nueve, intentaba desahogar el juego. Incluso probó una frivolidad con un lanzamiento desde el centro del campo que se marchó desviado.
Pese a la baja de Çalhanoglu, los turcos seguían haciendo mucho daño. Demiral, en otra jugada embarullada, estuvo cerca del segundo. El juego otomano reaccionaba de manera aislada con un Yilmaz que era de los pocos que tenía algo de imaginación, junto a Güler.
Sabitzer, del Borussia Dortmund, intentaba tirar del carro austriaco, pero no se estaba viendo al equipo que había impactado en la primera fase. El gol turco los desconcertó por completo y no sabían remar con la corriente en contra. Baumgartner, al borde del descanso, pudo empatar, pero el equipo estaba ofuscado.
Austria se la juega
En la segunda parte, Ralf Rangnick hizo un doble cambio con Prass y Gregoritsch para ganar en mordiente. La declaración de intenciones fue positiva y el asedio fue constante ante una Turquía que se defendía como podía.
Arnautovic tuvo una ocasion de oro para firmar el empate en un mano a mano que desbarató el portero Günok con los pies. Austria estaba pisando el acelerador y estaba dispuesta a echar el resto para amargar la fiesta turca.
Las acciones se sucedían con un equipo lanzado sin contemplaciones frente a otro que se defendía como podía. La organización atrás tampoco era de manual, ni mucho menos, aunque los otomanos lograban sobrevivir.
Arda Güler pone otro caramelo
Todo les salía de cara y otra vez la estrategia volvió a marcar las diferencias. Arda Güler sacó de nuevo un córner de manera magistral con la zurda y de nuevo el central Demiral cabeceó a la red superando con un gran salto a sus contrincantes.
El partido era muy cruel para Austria, pero el fútbol se decide en las áreas. Algo tan tópico como real. El desacierto, sobre todo, de Arnautovic contrastaba con el de su defensor Demiral. El fútbol al revés y el resultado encaminado hacia un triunfo turco.
Asutria, con todo en contra, no se rindió y llegó otro gol a balón parado, esta vez fue Gregoritsch quien remató en el segundo palo y puso de nuevo emoción al encuentro.
Otra prueba de fuego para la resistencia de los de Montella que ya prescindió de Arda Güler para solo defender. Un paradón de Günok destapó la fiesta turca en Alemania en el tiempo de descuento.