Eran las cuatro de la mañana de este lunes cuando se sentaron en el alféizar de su ventana. Antes de tirarse por el patio interior del edificio en el que habían pasado más de media vida, en el barrio de Sant Andreu de BarcelonaNúria y Emilia, dos hermanas de 65 y 54 años, se colocaron una mochila a sus espaldas con sus pertenencias. Mucha ropa, algunas fotografías y sus objetos más preciados. «Me parece que es una manera de decirnos que se tenían que ir de aquí, que se escapaban a algún otro lugar«, explicaba este martes la vecina que se encontró los cuerpos de madrugada. Sus vidas precarias, marcadas por el aislamiento y por la vergüenza de pedir ayuda, las empujaron al abismo. Aguantaron hasta el día en que la comitiva judicial les advirtió de que acudían desahuciarlas. Para evitar ese escenario, horas antes de ser desalojadas, se precipitaron por el patio interior, desde una altura de 20 metros.

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