Donald Trump ha obtenido este lunes una victoria en el Tribunal Supremo de Estados Unidos, parcial pero victoria al fin y al cabo, y trascendental. En una decisión histórica que por primera vez ha tomado una postura sobre la inmunidad penal de los presidentes, los seis jueces que componen la mayoría conservadora, tres de ellos nombrados por el propio Trump, han decidido que el mandatario tiene inmunidad absoluta ante persecuciones por actos oficiales, aunque no sobre los que no realizó en calidad de presidente. Las tres magistradas progresistas han mostrado su desacuerdo en una opinión de disenso donde han mostrado su «miedo por la democracia«.

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