Apenas 27 días después de ser operado de un desgarro en el menisco de su rodilla derecha sufrido en los octavos de final de Roland Garros, Novak Djokovicreapareció en Wimbledon con una contundente victoria ante el checo Vic Kopriva (123 mundial) cediendo solo 5 juegos para imponerse por 6-1, 6-2 y 6-2 en solo 1 hora y 59 minutos.
Si existían dudas de como afrontaría su reaparición, el siete veces campeón del torneo las despejó golpe a golpe, con una exhibición de juego pero también física que estaba en duda cuando pasó por el quiófano el pasado 5 de junio en París. Solo la rodillera gris de protección que llevaba en la pierna recordaba esa lesión que le obligó a marcharse en muletas de Roland Garros sin poder jugar el partido de cuartos de final en Roland Garros ante el noruego Casper Ruud.
El propio Djokovic reconocía sus dudas por su decisión de jugar en Wimbledon, con el riesgo de sufrir una recaída a solo un mes de los Juegos Olímpicos. «Por qué jugar en Wimbledon? Mi esposa me hizo esa misma pregunta y lo cierto es que no tengo respuesta», reconocía el exnúmero 1 días antes de debutar. «No podía imaginar perderme Wimbledon. Mi rodilla está bien. Ha respondido. ¿Por qué no darme una oportunidad?, insistía.
Un reto más
Y se dio esa oportunidad para pisar de nuevo el trono de sus sueños desde niño, un escenario en el que debutó en 2005 y, a excepción del 2020 que no se disputó por la pandemia del Covid-19, ha estado presente para ganar los títulos en 2011, 2014, 2015, 2018, 2019, 2021 y 2022, con 103 partidos disputados hasta este martes y solo 11 derrotas. Nada que ver con un rival que se estrenaba en su primer Grand Slam, con 27 años.
Djokovic, a sus 37 años y con todos los récords inimaginables, necesita sentirse al límite, buscar retos, cada vez que entra en una pista de tenis. Qué mejor manera que hacerlo en unas condiciones que no parecen las mejores por su última lesión. «Eres superhumano», le dijo Carlos Alcaraz cuando se cruzaron en las pistas de entrenamiento por primera vez.
En busca del octavo
Si el campeón del año pasado, que le ganó en la final a Djokovic, pasó más apuros de los necesarios para deshacerse de un novato como Mark Lajal; si el nuevo número 1 mundial, Jannik Sinner, cedió un set, también ante un rival inferior, Djokovic no dio opción a Kopriva. En segunda ronda, este jueves, tampoco el británico Jacobo Fearnley (277 mundial) o el español Alejandro Mori (188) parece que vayan a frenarle.
Las dudas sobre su forma deberán despejarlas otros rivales más complicados en el camino a ese título por el que ha decidido estar en Wimbledon. «Si juego el torneo es para intentar ganarlo», ha asegurado. Conseguirlo ya será otra historia. Hasta la final del 14 de julio queda mucho camino. En juego está el octavo título en Wimbledon y el 25 Grand Slam.