No sé muy bien que pinta Sam Raimi como productor de esta película de acción que, cierto, baraja algunos elementos que son afines al director de ‘Posesión infernal’, pero lo hace con una desmesura y un sentido del humor que poca gracia tiene. El joven musculoso que encarna Bill Skardgard, a quien de pequeño asesinaron a su familia, es sordomudo. Para que el espectador sepa sus pensamientos, a los responsables del filme –exótica producción entre Alemania, Sudáfrica y Estados Unidos– se les ha ocurrido que se exprese mediante una voz en off de videojuego, permanente y molesta. Como además no ha superado el trauma infantil, su hermana pequeña muerta se le aparece también de manera constante.

Fuente