Las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina. Muchos inversores se preparan para cambiar las bolsas por las playas en el comienzo de una temporada que, históricamente, no es tan positiva para los mercados como otras, por lo que muchos se preguntan si merece la pena seguir invertido en estos momentos. Los expertos de Morgan Stanley Research opinan que sí, especialmente en un sector como el del turismo que está ante un verano «brillante».

«Casi el 60% de los estadounidenses tiene previsto realizar un viaje de placer en los próximos meses, según nuestra reciente encuesta AlphaWise. La tendencia es aún más pronunciada entre las personas que ganan 150.000 dólares o más, con un 80% que indica que tiene planes de viaje para el verano», afirma Michelle Weaver, estratega temática para EEUU de Morgan Stanley.

Estos viajeros acaudalados, explica la experta de la firma estadounidense, no se limitan solo a reservar sus viajes, sino que describen las vacaciones como «una de sus principales prioridades» en comparación con otras compras discrecionales. De hecho, casi la mitad de ellos dijeron que tienen la intención de gastar más este año que en el pasado.

«Como resultado, se espera que las empresas que atienden a los consumidores de rentas altas superen a las que prestan servicios a otros grupos demográficos«, indica Weaver.

LISTOS PARA EL DESPEGUE

Uno de los sectores que Morgan Stanley cree que más se beneficiará de estas previsiones será, como no puede ser de otro modo, las aerolíneas. Y es que la demanda de viajes aéreos ha desafiado las predicciones pesimistas y se ha mantenido fuerte en lo que va de año, a pesar de las continuas preocupaciones del mercado por una recesión y por cuestiones específicas del sector como la mano de obra y la seguridad.

Por ejemplo, el número total de asientos previstos en vuelos hacia España para julio supera cómodamente los 12 millones, lo que supone también un aumento de más del 9,5% respecto al mismo mes del año pasado. Otras geografías europeas también podrían registrar un aumento del turismo, ya que se prevén incrementos de entre el 5% y el 8% en Reino Unido, Francia y Alemania, mientras que las previsiones muestran un crecimiento del 14% de las reservas hacia Italia y un enorme 29% y 38% en el caso de República Checa y Polonia, respectivamente.

«Los precios de las acciones también se han mantenido firmes gracias a la solidez de los fundamentales. El apetito sostenido de los consumidores por volar debería beneficiar a las aerolíneas orientadas a viajeros de todos los presupuestos, mientras que la tendencia prevista de más viajes entre los adultos más ricos debería traducirse en un aumento correspondiente para las aerolíneas que prestan servicio a esos clientes», explican desde la firma estadounidense.

En este contexto, Ravi Shanker, analista de transporte de mercancías y aerolíneas en Norteamérica de Morgan Stanley., muestra su preferencia por las aerolíneas premium. Al tener como público objetivo a consumidores con mayores ingresos, estos serán más propensos a volar con independencia de cómo se comporte la economía o de cuán alto sea el precio de los billetes, lo que, para este experto, las hace mucho más atractivas que otras compañías con precios más populares.

El estratega de Morgan Stanley destaca que, desde la pandemia, el transporte aéreo de lujo ha sido uno de los subsectores que más ha crecido y resistido, lo que ha permitido que los ingresos de la cabina de lujo hayan superado a los de la cabina principal en 10 puntos porcentuales.

Al mismo tiempo, agrega, todas las grandes aerolíneas estadounidenses, incluidas algunas compañías de bajo coste que han estado considerando la posibilidad de añadir servicios premium, están buscando formas de diferenciarse y hacer del transporte aéreo «algo más que un producto básico».

«Además de ser una buena noticia para los consumidores, una experiencia de vuelo más atractiva debería ayudar a las aerolíneas a aumentar el rendimiento y los márgenes sin tener que expandirse demasiado deprisa para frenar los costes«, afirma Shanker.

A TODA VELA

De igual modo, la firma estadounidense apunta que las perspectivas para las compañías de cruceros también son muy positivas, aunque podría haber «algunas nubes» en el horizonte.

Los tres mayores operadores de cruceros del mundo obtienen la mayoría de sus pasajeros de Estados Unidos y, como estas compañías ofrecen principalmente viajes de vacaciones –a diferencia de las líneas aéreas o los hoteles, que también atienden a viajeros de negocios–, la salud financiera del consumidor estadounidense ofrece un buen indicador de los ingresos futuros. En este sentido, el 6% de los encuestados por Morgan Stanley dijeron que están planeando un crucero, un porcentaje ligeramente más elevado que el 5% previo a la pandemia del Covid-19.

«Los pasajeros de cruceros tienden a ser mayores y a menudo toman más de unas vacaciones y, aunque los cruceros atienden a una gama de ingresos familiares, generalmente se inclinan hacia los viajeros de mayores ingresos. Por tanto, al igual que las aerolíneas, los operadores de cruceros deberían beneficiarse del deseo de viajar de los consumidores acomodados», explican estos expertos.

No obstante, el problema radica en lo mismo que hacía brillar a las aerolíneas: las reservas. El sector tiene un largo periodo de reserva, de seis a nueve meses por término medio, y el volumen para este año, explican desde Morgan Stanley, ha disminuido. De hecho, en una reunión con inversores en abril, el CEO de Royal Caribbean, Jason Liberty, reconoció que la compañía se estaba acercando al punto en que aceptaría más reservas para el próximo año que para lo que resta de 2024.

«Es probable que el margen para aumentar los ingresos de forma significativa sea pequeño y que cualquier incremento se refleje en los ingresos a bordo, que son un componente mucho menor de los ingresos que la venta de billetes», explica Jamie Rollo, analista de la firma estadounidense.

«Además, los rendimientos están disminuyendo a medida que el número de habitaciones ocupadas se estabiliza y el crecimiento de los ingresos se ralentiza, lo que sugiere que la desaceleración que estamos viendo en otros sectores como el juego, el alojamiento y el ocio está empezando a afectar al sector de los cruceros, que normalmente experimenta estos cambios más tarde», agrega.

VIVA LAS VEGAS

Por último, la encuesta de Morgan Stanley también ofrece una perspectiva «positiva» para el sector del juego, especialmente para los hoteles y los casinos. Según estos datos, más del 50% afirmó que tiene previsto alojarse en hoteles de cadena este verano, mientras que más del 10% se decantó por hoteles independientes o sin marca.

«Aunque la demanda se ha ralentizado y los costes laborales siguen siendo elevados, los hoteles y casinos de lujo están superando a sus homólogos más baratos. Los ingresos por habitación disponible en los hoteles de lujo han aumentado un 1% de un año a otro, frente a un descenso del 4% en el extremo inferior del mercado», explican en este informe. Asimismo, los ingresos del juego en los casinos de mayor categoría de Las Vegas han aumentado este año, superando a los de los casinos regionales. En los casinos de la zona, la demanda de juegos como el baccarat o la ruleta ha aumentado.

Stephen Grambling, responsable de estudios sobre juego, alojamiento y ocio en Estados Unidos, explica que los ingresos regionales del juego se recuperaron primero tras la pandemia. A estos los siguieron los de los grandes casinos de Las Vegas y después, los del alojamiento. «Todos los segmentos han empezado a ralentizarse, pero el de Las Vegas es el que ha registrado una fortaleza continuada más pronunciada y la tasa de crecimiento más elevada», afirma.

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