Nico Williams (21 años, Pamplona) está viviendo el momento más mediático de su carrera. Su impacto en la Eurocopa, y el interés del Barça en ficharlo, han hecho que esté en boca de todos. El delantero del Athletic se han convertido junto a Lamine en el mejor anuncio de España, una de las selecciones más atractivas de la Eurocopa. Un equipo muy ofensivo y que se define por el juego alegre de sus dos extremos.
Los dos además son la bandera de los nuevos tiempos y la diversidad. Los dos son hijos de inmigrantes: Lamine, de madre guineana y padre marroquí; Williams, de padres ghaneses.
Nico está siendo protagonista por su fútbol en la Eurocopa, pero aquí su historia no se entiende sin algunos capítulos claves de su vida:
Una historia familiar llena de adversidades
La historia de Nico no se puede entender sin la figura de su hermano Iñaki. Un tatuaje de su madre recuerda la importancia del núcleo familiar en su historia: “Si quieres ir rápido ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado. Eso somos nosotros”.
Sus padres se conocieron en un campo de refugiados cerca de Acra (capital de Ghana), cruzaron el desierto del Sáhara y saltaron la valla de Melilla con María embarazada de Nico. Estuvieron incluso cerca de ser deportados.
Iñaki explicó el proceso en una entrevista que les hizo Del Bosque. «Ellos querían un futuro mejor para sus hijos, pero no sabían que iba a ser tan duro. Venían con la ignorancia de no saber lo que les esperaba por el camino hasta llegar a Melilla. Sufrieron muchísimo y muchos de los que venían en manada se quedaron atrás en el camino, tuvieron que enterrar a gente. Por suerte, gracias a Dios, el destino quiso que gente bondadosa les ayudara».
Una historia que Iñaki y Nico no conocieron hasta que fueron creciendo. Sus padres querían protegerles y durante años pensaron que habían llegado en avión.
El día que Nico pasó a ser el referente del parque
A pesar de llevarse ocho años, Nico pronto dejó entrever que tenía más potencial que su hermano Iñaki, uno de los futbolistas más rápidos del mundo, pero sin la versatilidad y talento de su hermano. Un día jugando en el parque, Iñaki puso a prueba a su hermano con un reto con los mayores.
Así lo recordó Nico en una entrevista en El País:
«Yo era muy pequeño, tendría 10 años, y fuimos a jugar al parque con sus amigos. Hicimos equipos y quedamos mi hermano en un lado y yo, en el otro. Iñaki me picaba: ‘No vas a hacer nada, ya verás con los mayores… No tienes que jugar porque te van a dar palos’. Y al final acabamos ganando. Sus colegas venían a jugar conmigo. No querían jugar más con él».
33,8 km/h: Un Ferrari con velocidad punta
Esta fue la velocidad a la que llegó Nico Williams para superar a Giovanni Di Lorenzo en 85 segundos en el duelo ante Italia. «Me sentí increíble», reconoció.
El extremo reconoce que está disfrutando con la libertad que le está dando De la Fuente: “Con Luis Enrique se trataba más de combinaciones», apuntó. Nico disfruta cuando puede encarar. «Un regate es como jugar en el parque cuando eres un niño».
Las rastas, una de sus señas de identidad
Nico Williams es uno de esos futbolistas que queda bien en las portadas de los diarios. Su imagen es muy potente y las rastas, una de sus señas de identidad. Desde hace meses luce un peinado que no es del agrado de su hermano Iñaki («¿Cuándo te vas a quitar las patatas fritas?», reconoce que le dice a menudo), pero al que no está dispuesto a renunciar aunque gane la Eurocopa.
«Pensaba: necesito algo nuevo en mi vida. Me decidí por esto. Y está bien».
Luis Enrique y un cambio de posición clave
Nico ha explotado jugando como extremo izquierdo, pero no siempre fue así. Durante mucho tiempo su posición habitual fue la banda derecha, pero Luis Enrique lo probo en la izquierda ¿Cómo fue el proceso?
«La primera vez se me hizo bastante raro. No estaba acostumbrado. Pero creo que el cambio me ha favorecido. Toda la vida he jugado en la banda derecha, y era un cambio que creo que necesitaba. En banda derecha, tengo más posiciones para centrar. En cambio, por la izquierda, para tirar. Uso bien la pierna izquierda, pero para mí es mejor jugar a banda cambiada. Me puedo meter para adentro y chutar. Me siento más cómodo en la banda izquierda. Me giro mejor y manejo mejor los espacios».