Si te parecen asombrosos los 800 mil votos de Alvise, imagínate a 26 millones de súbditos del norcoreano Kim Jong-un, que también le votarían enardecidos en un país sin Indra. Todos ellos a dieta de arroz hervido, sin rechistar más allá de las periódicas intentonas que los dictadores se sienten obligados a sofocar a sangre y fuego. El Líder Supremo de Pionyang ya ha suprimido a su tío y a su hermano mayor, Kim Jong Nam, a este último con venenos del recetario de Putin. En efecto, se trataba de cerrar el párrafo con el zar ruso, ahora que ambos dictadores se han enzarzado en un intercambio de arsenales para sus guerras perpetuas.

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