Hay quien sostiene que esta España no tiene superestrellas en su plantilla y se equivoca. Porque más allá de que Lamine Yamal y Nico Williams van camino de gozar de esa etiqueta más pronto que tarde, hace tiempo que la Roja cuenta con el que es el mejor futbolista del mundo de su posición aunque, por lo que sea, cueste que se lleve ese reconocimiento. Ese futbolista es Don Rodrigo Hernández, el eje sobre el que todo gira en esta España de Luis de la Fuente y el faro que alumbra el camino a sus compañeros, un jugador al que ya sabe mal llamar Rodri, porque parece que el que ha sido su nombre futbolístico desde que arrancó su carrera profesional se le ha quedado muy pequeño.

Rodrigo Hernández recibió ayer el MVP del partido y no es de extrañar teniendo en cuenta su actuación. No solo fue el encargado de abrir la lata con un latigazo con su pierna izquierda (la menos buena) sino que registró unos números que hablan por sí solos sobre su buen hacer. Instalado en campo rival, completó más de 100 pases con éxito (109 de 117) y se impuso en todos los duelos que disputó (6 de 6), siendo sin duda diferencial y percibido desde los jugadores de Georgia como un rival imbatible, una especie de monstruo final de un videojuego al que es imposible tumbar sin utilizar algún truco.

A pesar de que en los últimos tiempos Rodrigo Hernández esta recibiendo cada vez más el recibimiento que merece en cierto modo todavía continúa siendo un futbolista infravalorado. Hace años que comenzó a acumular partidos. O dicho de otra forma, hace años que empezó a ser el futbolista más determinante en encuentros del más alto nivel y sin embargo todavía no acaba de aparecer en la lista de mejores jugadores del mundo. Por lo menos no en las del gran público.

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Una bendición para el míster

Para los entrenadores, ya sea Pep Guardiola en el Manchester City o Luis de la Fuente en esta España, Rodrigo Hernández es una bendición. Porque el resto de futbolistas con los que juega en el citado conjunto inglés y en este combinado nacional por supuesto que son grandes futbolistas, pero Rodrigo Hernández es uno de esos que hace mejores a los compañeros, uno de los que traslada al verde a la perfección aquello que quiere plasmar el técnico. El mérito de que esta España sea lo que es no es exclusivamente de Rodrigo Hernández. Por supuesto que no. Pero a la vez cabe destacar que si se acerca o está rindiendo a un nivel óptimo en gran parte es por el buen hacer del centrocampista natural de Cascante en la zona ancha.

A sus 28 años, Rodrigo Hernández lo ha ganado absolutamente todo a nivel de clubs siendo más que importante en el Manchester City de Pep Guardiola. Le falta, eso sí, levantar con España un Mundial o una Eurocopa. Puede que lo consiga dentro de dos semanas en Berlín y quizá entonces, de una vez por todas, deje de ser Rodrigo Hernández ‘El Infravalorado’.



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