España y otros 22 países han incumplido el plazo de presentación de la actualización del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC), que debían haber enviado a la Comisión Europea antes del 30 de junio, según confirman fuentes del Ejecutivo comunitario. Solo cuatro países –Países Bajos, Dinamarca, Finlandia y Suecia– han cumplido su compromiso de remitir su hoja de ruta a Bruselas en tiempo y forma, por lo que la Comisión Europea emplaza al resto a hacerlo «lo antes posible», según las mismas fuentes.
La presentación de los planes definitivos es una obligación legal de los Estados miembros. Fuentes de la Comisión Europea defienden que su presentación oportuna ayudará a «desencadenar las inversiones necesarias para cumplir nuestros objetivos para 2030 y avanzan en la transición limpia y en la descarbonización de nuestra industria», además de ser una «herramienta vital para garantizar el suministro de energía segura, asequible y sostenible para Europa».
«Hemos trabajado duro para acordar objetivos legislativos ambiciosos y con base científica con el Parlamento Europeo y los Estados miembros. Ahora es el momento de que las autoridades nacionales los conviertan en planes concretos y aporten los beneficios de la transición verde a nuestros ciudadanos y empresas europeos. La Comisión ha estado trabajando estrechamente en los últimos meses con todos los Estados miembros y continúa haciéndolo para garantizar que puedan presentar sus Planes Nacionales de Energía y Clima definitivos lo antes posible», añaden las mismas fuentes.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es el documento que sienta las bases de la política energética y climática de cada país en el horizonte 2030, con el objetivo de cumplir con la meta de reducción de emisiones planteada por Bruselas. El plan español, aprobado en febrero de 2019, fue actualizado el año pasado con una mayor ambición, al aumentar del 23% al 32% su objetivo de reducción de emisiones respecto a 1990; del 42% al 48% la penetración de renovables en el uso final de la energía; del 41,7% al 44% la mejora de la eficiencia energética y del 74% al 81% el porcentaje de renovables en la generación eléctrica, y al dar un mayor protagonismo a nuevas formas de entender la energía como el autoconsumo, la gestión de la demanda o el almacenamiento.
Pero esa actualización era en fase de borrador, que después fue sometido a información pública (hasta septiembre de 2023) y analizado por Bruselas, que en diciembre planteó algunas mejoras. Desde entonces, el Ministerio para la Transición Ecológica se supone que ha estado actualizando el documento sobre la base de los comentarios recibidos, para aprobar la versión definitiva antes que acabase este mes de junio. Pero eso no ha ocurrido, como ya sugirió la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, la semana pasada, durante su intervención en el Congreso de los Diputados, al afirmar que estaban a la espera de la Evaluación Ambiental Estratégica para aprobar el plan «cuanto antes».
El ministerio para la Transición Ecológica publicó a mediados de junio el Estudio Ambiental Estratégico sobre el borrador de actualización del PNIEC, abierto a alegaciones hasta el próximo 12 de julio, lo que podría retrasar, al menos hasta esa fecha, la aprobación y envío del plan español a Bruselas. De ser así, es muy posible que la comisaria de Energía, Kadri Simson, lance una pequeña reprimenda a España y el resto de países incumplidores durante los Consejos informales de Medioambiente y Energía que se celebrarán entre el 11 y el 16 de julio.
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