Tres partidos, cuatro goles que han dado seis de los nueve puntos. Lautaro Martínez, que no tiene la titularidad garantizada, ha decidido hacer de Leo Messi en la primera fase de la Copa América. El delantero del Inter de Milán ha llevado en volandas a la campeona del mundo a los cuartos de final, con un pleno de tres triunfos, que la Albiceleste no lograba desde la edición de 2016, disputada también en Estados Unidos.
ARG
2
0
PER
Alineaciones
Dibu Martínez; Montiel, Pezzella (Martínez Quarta, 83′), Otamendi, Tagliafico; Exequiel Palacios, Paredes (Guido Rodríguez, 77′), Lo Celso (Enzo Fernández, 66′); Di María (Valentín Carboni, 77′), Alejandro Garnacho (Nico González, 66′) y Lautaro Martínez. |
Gallese; Corzo, Zambrano, Callens; Sonne, Polo, Peña, Cartagena (Castillo, 46′), Flores (Rivera, 56′), López (Cueva, 77′); Reyna (Zanelatto, 63′) y Paolo Guerrero (Lapadula, 56′). |
La Scaloneta cumplió y derrotó a una paupérrima Perú (2-0) con el Toro marcando por tercer encuentro consecutivo, en esta ocasión, por partida doble, lo que le ha situado, momentáneamente, como artillero en solitario de la competición.
Canadá, una selección bien trabajada por su técnico Jesse Marsch (que ya entrenó al Leeds United y al RB Leipzig entre otros), se ha llevado la segunda posición. Cerró la primera etapa del torneo minimizando a Chile (0-0) y sumando el punto que necesitaba.
Lautaro Martínez y la ley del mínimo esfuerzo
Este era un partido que estorbaba. La Albiceleste tenía virtualmente asegurada la primera posición y la consigna fue correr los mínimos riesgos posibles. Por eso, alineó su formación ‘B’.
Ya se sabía de antemano que no jugaría Leo Messi, preservado para los cuartos de final por culpa de sus molestias musculares en los isquiotibiales, pero tampoco hizo acto de presencia toda la columna vertebral, con excepción de Dibu Martínez y Di María.
Por no estar, ni Lionel Scaloni se sentó en el banquillo, sancionado por la Conmebol por un motivo tan prosaico como haber superado el tiempo de descanso en el duelo contra Chile. Nadie sintió su ausencia.
Perú hizo el papel de la triste figura. No tenía ni la confianza, ni la calidad, ni la predisposición para obrar el milagro que le diera alguna opción de clasificación. No derrota a los argentinos desde hace 27 años, la última vez fue en los cuartos de la Copa América 1997. Quedaba claro que no sería ahora que rompería su gafe. El solitario punto sumado en las dos primeras jornadas explicitaba sus penurias a lo largo del torneo.
Con este contexto, se planteó un partido de mínimos. Argentina monopolizó la posesión, con un índice que rondaba el 80%, y buscó la finalización apostando en las acciones de balón parado, que es como obtuvo el agónico triunfo ante Chile (0-1) en la jornada anterior, de la mano de Lautaro.
Y Perú se defendió como pudo abusando del contacto, la intimidación, la provocación y planteando una guerra de guerrillas para sacar de quicios a sus adversarios.
El único que se rebeló ante el marasmo fue Lautaro Martínez, que si fue alienado es porque, en teoría, es el suplente de Julián Álvarez en la posición de ‘9’.
El Toro respondió a su seleccionador a base de goles. En esta ocasión, aprovechó una asistencia de oro de Di María para superar por arriba al inseguro Gallessi y abrir la lata en el arranque del segundo tiempo.
El triunfo argentino podría haber sido más generoso, pero Leandro Paredes estampó un penalti en el palo (min. 71). Lautaro, sin embargo, no había dicho su úlitma palabra. Y, cuando el choque expiraba, le ganó la posición a Corzo con un sibilino empujoncito y firmó su segundo tanto con remate de killer, también picadito por arriba.
Argentina cierra la primera fase con Lautaro como héroe y con Dibu Martínez sin haber encajado un gol. Es la favorita al título y ejerce como tal. Perú se va, en cambio, sin haber hecho ni un solo tanto en tres encuentros. Su proceso de renovación, tortuoso y demorado, va para largo.