La herencia romana y otomana, la influencia de los Habsburgo o las tradiciones magiares hacen de Hungría un país repleto de contrastes, desde vibrantes ciudades culturales hasta tranquilos pueblos rodeados de naturaleza como los que rodean el lago Balatón. Para mezclarse con su esencia, no hay nada como visitar algunos de sus lugares más impresionantes, donde la naturaleza y las tradiciones se muestran en todo su esplendor.
Pécs, un tesoro cultural y patrimonial
Al suroeste de Hungría, la alegre ciudad universitaria de Pécs ha heredado una rica cultura, desde su fundación por los romanos en el siglo II hasta la Edad Media, cuando floreció como centro de aprendizaje.
La mayoría de los visitantes que se acercan hasta aquí lo hacen atraídos por su impresionante necrópolis paleocristiana, la más grande del mundo fuera de Italia. Este conjunto de tumbas y mausoleos del siglo IV está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los frescos de sus cámaras funerarias representan escenas bíblicas cargadas de simbolismo, una forma de acercar las fascinantes creencias y prácticas de las primeras comunidades cristianas del territorio.
Otras paradas fundamentales en Pécs son la catedral, con una estructura que combina elementos románicos y góticos, y los museos Csontváry y Zsolnay. La región de Pécs destaca también por los viñedos de Villány, los balnearios de Harkány y Pécs y el castillo de Siklós.
Eger, vinos entre arquitectura barroca
A una hora y media en coche al noreste de Budapest se localiza Eger, una ciudad famosa por sus vinos. Eger está asentada en el valle de Szépasszony, traducido como “Bellas Damas”, donde se distribuyen unas 200 bodegas. Además de realizar catas para degustar sus deliciosos caldos, conviene perderse por las callecitas de esta localidad de arquitectura barroca, visitando la plaza Dodó István, la basílica (la segunda de mayor tamaño tras la de Esztergom) y el castillo, el cual jugó un papel crucial en la defensa de Hungría contra el imperio otomano durante el siglo XVI. Para terminar un día redondo en Eger, no hay nada como hacerlo relajándose en baños turcos de más de 400 años de antigüedad.
A escasos kilómetros, las montañas Mátra y Bükk esconden magníficos tesoros naturales que definen a esta región del norte de Hungría como una de las más bellas del país.
Szeged, la ciudad del sol
Localizada al sureste de Hungría, próxima a la frontera con Serbia, Szeged es conocida como la “Ciudad del Sol” gracias a su soleado clima. La tercera ciudad más grande del país se caracteriza por ser un importante centro universitario y cultural embellecido con su arquitectura Art Nouveau.
Entre los edificios más emblemáticos de la localidad figuran la catedral y el Palacio Reök. Aunque, en Szeged, no hay mejor plan que terminar el día sentado a orillas del Tisza para contemplar el río al atardecer. Durante los veranos se celebra el Festival de Teatro al aire libre en la Plaza de la Catedral, un evento de gran relevancia.
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El lago Balatón, mar de Hungría
Circundado por reservas naturales, suaves colinas, encantadores pueblos y viñedos históricos, el lago Balatón es un destino sorprendente en cualquier época del año gracias a todas las propuestas que ofrece. Desde baños y actividades acuáticas en sus tranquilas playas durante los meses de más calor hasta disfrutar de los diversos festivales gastronómicos que llenan de alegría sus localidades durante el otoño, el Balatón es el destino de vacaciones más popular del país.
Denominado también “el mar de Hungría”, es el lago más extenso de Europa Central, con casi 200 km2, y sus aguas han servido de inspiración para escritores y artistas durante siglos.
Debrecen, el corazón de la Gran Llanura
Los paisajes del este del país están dominados por la Gran Alföld o Gran Llanura, una extensa pradera de estepa cargada de autenticidad. En ella, la ciudad de Debrecen se ha convertido en un punto muy cosmopolita gracias a su aeropuerto internacional y a ser un gran centro estudiantil.
Con una fuerte herencia protestante, Debrecen era denominada como “la Roma Calvinista”. Muestra de ello es la Gran Iglesia, todo un símbolo en la urbe. Aparte de esta imponente iglesia de estilo neoclásico, es posible visitar la sinagoga ortodoza de la calle Pásti y el Museo Déri, dedicado al arte y la cultura local.
Debrecen goza de una animada escena cultural, con numerosos festivales celebrados a lo largo del año, entre los que cabe mencionar el Festival de Verano y el Festival de las Flores.
El Parque Nacional de Hortobágy, la Gran Llanura Húngara
A tan solo 38 kilómetros de Debrecen, los horizontes infinitos se hacen más notables en el Parque Nacional de Hortobágy, la zona protegida más extensa de Hungría. Estos repentinos paisajes desnudos se deben al paso de los turcos por el territorio, quienes expulsaron a los habitantes locales. A pesar de ello, en la actualidad el parque es hogar de más de 340 especies de aves, lo que lo convierte en un lugar indispensable para los amantes de la observación de aves.
Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999, preservar antiguas tradiciones de las que hacen partícipes a los visitantes, como la de presenciar espectáculos ecuestres de ávidos jinetes vestidos con trajes típicos.
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