«Esta vez es importante». Los franceses se han volcado en las urnas como nunca antes en más de 45 años. El presidente, Emmanuel Macron, les llamó a votar de forma precipitada, tras el fracaso de la mayoría oficialista en las elecciones europeas, y han sentido que era su momento de decidir el futuro de Francia. La derecha radical de Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), liderada por Marine Le Pen y su escudero Jordan Bardella, lograría el 33% de los votos, seguida del Nuevo Frente Popular de izquierdas, con el 28,5%. RN podría llegar a la mayoría absoluta porque la horquilla sería entre 260 y más de 300 escaños. La mayoría presidencial estaría en el tercer puesto con el 22%, según la estimación de resultados difundida por BFMTV.

Con respecto a 2022, la participación ha subido 20 puntos. Llegaría al 69,5%%, según las proyecciones al cierre de los colegios. Hay que remontarse a la época de François Mitterrand para ver a tantos franceses en las cabinas de votación. Gane quien gane gozará de una gran legitimidad.

No está en juego quién ocupa El Eliseo sino Matignon. Macron no concluye su mandato hasta 2027 y ha asegurado que no dimitirá. Lo que se elige este domingo y el próximo son los 577 diputados de la Asamblea Nacional y se hace por sufragio universal. Es un sistema de mayoría simple a dos vueltas. Son en realidad 577 batallas electorales, que han implicado incluso hasta a figuras como el ex presidente socialista François Hollande, candidato en Corrèzes.

Para ganar en la primera vuelta, hay que obtener más del 50% de los votos emitidos y el apoyo de al menos el 25% de los votantes inscritos. Si ningún candidato lo consigue, los dos más votados, más cualquier otro candidato que haya reunido al menos el 12,5% del total de votantes inscritos, pasan a una segunda ronda de votación el 7 de julio. En esa ronda, resulta elegido el candidato que obtiene más votos.

Como habrá numerosas triangulares, unas 150, contiendas de tres candidatos, es difícil prever cuántos diputados podrá tener cada bloque. Los Republicanos que no han seguido a Ciotti en su matrimonio de conveniencia con Marine Le Pen llegarían al 10%, pero podrían dar un paso atrás para favorecer a otros candidatos más fuertes, o incluso los macronistas, todo para impedir que llegue a la mayoría absoluta la derecha radical. Son 289 escaños. Jordan Bardella ha dicho que no sería primer ministro sin este apoyo claro.

Los resultados que anticipan estos sondeos podrían traducirse en un bloqueo institucional. Si la derecha radical no tiene mayoría absoluta, estaría expuesta a una moción de censura de los otros bloques, izquierda y macronistas, que tampoco tendrían opciones a no ser que se acercaran pero el presidente ha sido muy duro con el Nuevo Frente Popular al que ha comparado con la derecha radical.

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