Inglaterra será el rival de Suiza en los cuartos de final de la Eurocopa. Los ingleses han conseguido derribar a una meritoria Eslovaquia que rozó una clasificación histórica para colarse entre los ocho mejores de Eurocopa; sin embargo, una chilena de dibujos animados de Jude Bellingham cuando el partido agonizaba resucitó a los británicos, que consumaron la remontada con un cabezazo de Kane en el primer minuto de la prórroga.

La cita de octavos de final emparejaba a Inglaterra y Eslovaquia desde dos tendencias opuestas. Los ingleses fueron líderes pero dejaron mucho que desear en su grupo, mientras que Eslovaquia igualaba su mejor papel en una Eurocopa.

La eliminación de Italia a manos de Suiza despejaba el futuro en la Eurocopa para Inglaterra, que pese a contar con un plantel plagado de estrellas sufre para hacer funcionar esa supuesta superioridad sobre el césped.

Sin ningún complejo y con la opción de conseguir un pase a cuartos histórico, Eslovaquia mostró su decisión desde el inicio. Los centroeuropeos rozaron el 0-1 a los seis minutos, cuando Haraslin cruzó en exceso una internada por el perfil zurdo.

Después de un arranque frío de los de Gareth Southgate, Inglaterra aumentó la velocidad en la circulación de balón y agarró el dominio del choque. El control inglés no confundió a los eslovacos, conscientes de su plan para acceder a cuartos de final. Haraslin volvió a asomar con peligro en el área británica en el último aviso de Eslovaquia, que a la tercera asestó un golpe letal.

Tres pases bastaron a Eslovaquia para, tras aprovechar la indecisión y el fallo defensivo de Inglaterra, poner a Schranz en el cara a cara con Pickford. El eslovaco, uno de los pichichis de la Euro, definió con calidad y adelantó a los centroeuropeos a los 25 minutos gracias a una gran asistencia de Strelec.

A falta de 65 minutos gol colocaba a Eslovaquia en cuartos de final de un gran torneo internacional por primera vez en su historia y volvía a dejar un inesperado accidente inglés, por lo que los nervios entraron en escena.

El gol apagó frenó el paso al frente de los británicos, que pese a encajonar a Eslovaquia junto a Martin Dúbravka no encontraban fisuras en el entramado de los de Francesco Calzona. El juego perdió continuidad y, tal y como pretendía Eslovaquia, no sucedió prácticamente nada hasta el descanso.

El paso por el vestuario debía agitar a Inglaterra. Los de Southgate, que partían como uno de los favoritos y se habían encontrado con un cuadro muy favorable, estaban a 45 minutos de perpetrar una eliminación más en una historia que únicamente cuenta con la luz del Mundial de 1966.

Harry Kane, capitán y uno de los líderes de Inglaterra, dio con la clave para desarbolar a Eslovaquia. El ariete del Bayern de Múnich recibió fuera de su zona de acción y aclaró la jugada para la llegada de Trippier por la izquierda. El ex del Atlético de Madrid regaló el tanto a Foden, que se precipitó e incurrió en fuera de juego antes de introducir el balón. Jugada invalidada, susto superado para Eslovaquia y 0-0 con 40 minutos por delante.

La figura de Kane y la de un voluntarioso Jude Bellingham dieron cierta esperanza a Inglaterra, que sin ideas pero con orgullo trató de zarandear a Eslovaquia. Los de Calzona, lejos de inmutarse, crecieron con el paso de los minutos y acariciaron el 0-2 en una indecisión británica que brindó la oportunidad a Stralec para sorprender desde el centro del campo. El intento se marchó por centímetros e Inglaterra mantuvo la vida en la eliminatoria.

La urgencia del marcador espoléo a Inglaterra, que se encamibana a una nueva decepción. Las llegadas británicas comenzaron a sumarse; sin embargo, Eslovaquia mostraba suficiencia para encajar los golpes.

Southgate agitó el banquillo, dio entrada al talentoso Cole Palmer y aumentó la amenaza. Kane tuvo una opción de las que raramente perdona de cabeza, pero el remate se marchó fuera. La más clara llegó a 10 minutos para el final. Declan Rice se hizo un hueco en la frontal y sacó un derechazo inalcanzable para Dúbravka. El intento se topó con el palo y la desesperación británica era evidente.

Con la táctica ya descartada, apareció la épica. Inglaterra acumuló futbolistas en área eslovaca y, de la manera más británica posible -saque de banda, prolongación y remate- Bellingham rescató a su selección con una obra de arte. El futbolista del Real Madrid dibujó una chilena de película y enloqueció a las decenas de miles de ingleses que festejaban el tanto salvador en Gelsenkirchen.

Bellingham, que fue trascendental en la hasta hoy única victoria de Inglaterra en la Eurocopa, mandó los octavos de final a la prórroga en el minuto 94 y dio una oportunidad más a los suyos.

La locura de los Three Lions al tiempo extra. A la primera y con un cabezazo inapelable, Kane pescó una carambola en el área tras un córner para poner a Inglaterra en cuartos de final.

El delantero del Bayern allanó una prórroga que parecía de cara para los británicos antes de su comienzo, aunque la ventaja dio un aire fundamental a los de Sotuhgate.

Eslovaquia evidenció las consecuencias del mazazo. En poco más de 5 minutos habían pasado de estar en octavos a pensar en las maletas. Los de Calzano, visiblemente afectados en lo físico, llegaron a aproximarse a posiciones de ataque, pero Inglaterra mantuvo el peligro alejado de su portería.

El 2-1 reinó hasta el pitido final y pone a Inglaterra en cuartos de final, donde tendrá que superar a Suiza. Los ingleses volvieron a decepcionar con su juego, aunque esta vez una maravilla de Bellingham y un acierto de Kane bastaron para superar a Eslovaquia.



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