España está entre los ocho mejores de Europa. La Selección luchará por un puesto en la semifinal frente a la anfitriona, Alemania, después de superar por 4-1 a Georgia, que se adelantó en el primer tiempo e hizo sufrir a España durante los primeros 45 minutos.

El orden y el sacrificio de Georgia, que disputaba su primera Eurocopa, se ha topado con una España madura, que ha sabido pasarlo mal cuando el partido no le sonreía y que ha dado la vuelta a los octavos con una suficiencia más que destacable.

España salió a mandar. Los de Luis de la Fuente eran conscientes de las fortalezas del rival, que además de su capacidad de sufrimiento descubrió con Portugal su colmillo al contraataque.

La Selección impuso su ley desde el primer instante. La circulación de balón de España era la misma que la ha colocado como una de las favoritas al título, aunque esto no preocupaba en exceso a Georgia.

Giorgi Mamardashvili emergió en el partido. La primera acción del guardamente dal Valencia sirvió para solventar una intentona de Pedri, que llegó con claridad tras una dejada de Carvajal. El meta georgiano volvió a aparecer para responder a un cabezazo del lateral del Real Madrid y mandó el mensaje a los españoles de que iban a tener que pasar por encima de su agigantada figura.

El asedio de España en los 15 minutos iniciales puso a Gerogia en apuros, pero una salida a la contra significó el primer gol en contra de la Eurocopa para los de De la Fuente. Georgia encontró el espacio a la carrera por la derecha, centró y Khvicha Kvaratskhelia forzó el error de Robin Le Normand, que introdujo el balón en su portería.

El gol frenó el ímpetu de España. Por primera vez en la Eurocopa donde España ha abrumado a todos, la Selección estaba por debajo en el marcador y no encontraba la manera de hacer sufrir a Georgia.

Los de Willy Sagnol se sostenían gracias a la repetición constante de esfuerzos y el acierto de Mamardashvili, que repelía las intentonas de España. Los riesgos aumentaban en cada pérdida de España, ya que, agarrados a Kvaratskhelia y Mikautadze, Georgia llevaba peligro en sus salidas.

Por derribo, después de una secuencia de ocasiones desbaratadas por Mamardashvili, Rodri rompió el muro georgiano. La poca precisión en los metros decisivos obligó a España a buscar una alternativa que el centrocampista del Manchester City ejecutó a la perfección. Control orientado para abrir un hueco en la frontal y zurdazo imposible para Mamardashvili que ponía el 1-1 al borde del descanso. Gol clave para las aspiraciones de España en la Eurocopa.

El empate templó a España, que volvió del vestuario con la decisión que la ha colocado como una de las selecciones más temibles de la Eurocopa. Kvaratskhelia dio el penúltimo susto de Georgia con un disparo desde su propio campo que sorprendió a Unai Simón, pero la fortuna sonrió a España y el tiro se marchó al lateral de la red.

Lamine Yamal, hasta entonces poco inspirado, trazó una diagonal ya marca de la casa que la defensa tuvo que frenar con falta. El adolescente, antes si quiera de reponerse de la tarascada, ya pedía el balón para ejecutar la falta. Una vez más, Mamardashvili, rechazaba el intento, pero España se afanaba en romper el empate.

España recogió el rechace de Mamardashvili y, con Georgia desordenada, Lamine Yamal sacó un regalo para Fabián, que con su cabezazo puso a España por delante a los 51 minutos de juego.

El 2-1, fraguado en los pilares del centro del campo – Rodri y Fabián- aúpo el juego de España, que superó una prueba de fuego cuando el guion se torció en el primer tiempo.

Con el marcador a favor, España rompió a jugar y terminó por descoser el entramado georgiano. A poco más de 15 minutos para el final y con la lluvia como protagonista, un cañón, Nico Williams, acabó con la rebelión de Georgia al poner el 3-1. Pase de Fabián, desborde y chutazo al ángulo para batir a Mamardashvili y sentenciar el duro enfrentamiento de octavos de final.

La segunda parte de España terminó por noquear a Georgia, incapaz de sostener las arrancadas de Lamine Yamal y Nico Williams. Al ritmo de Rodri y Fabián, con la aceleración de los atacantes en los metros de la verdad, Dani Olmo sumó su gol tras una gran definición.

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