El Parque de la Naturaleza de Cabárceno acoge a más de 120 especies animales de los cinco continentes, que viven allí en régimen de semilibertad, distribuidos en recintos de grandes superficies donde coexisten una o varias especies. No obstante, si por algo es mundialmente conocido, es por ser un lugar donde hay decenas de ejemplares de osos, aunque desde este mes va camino de convertirse en el refugio de otro animal que, en Europa, sólo puede verse en los zoos: el hipopótamo.

Tras el nacimiento en un lapsus de tiempo «muy corto» de tres ejemplares de este mamífero, el parque cántabro es el único espacio para animales de toda Europa con un grupo de nueve miembros de hipopótamos. «Habitualmente en los zoos suele haber tres como mucho, nueve es una locura», asegura Santiago Borragán, el jefe de veterinarios del parque natural, en una visita con la Agencia EFE a los nuevos miembros del grupo.

Explica que es una «locura» ese número de miembros de un grupo de esta especie porque estos animales necesitan un recinto con las características que, precisamente, tiene este parque cántabro: un lago de más de 10.000 metros cuadrados y de cerca de 20 de profundidad.

Ese espacio para este mamífero, uno de los más grandes del planeta, es algo que convierte a Cabárceno en un espacio «único» para el aumento de familia de hipopótamos, que ha crecido este 2024 con la llegada de tres crías, tras un par de años sin nacimientos.

Crías de 30 kilos al nacer

Tres nacimientos de hipopótamos en 2024 para el parque «no es muy noticiable», pero sí lo es que nazcan tres en un lapsus de tiempo «tan corto», precisa Borragán. En este sentido, afirma que es muy poco común que tres hembras del parque se queden embarazadas en un periodo de tiempo muy similar y hayan dado a luz todas en los seis primeros meses de 2024. El último ejemplar, que nació bajo el agua y del que se desconoce el sexo, dado que el comportamiento de esta especie hace difícil acercarse a la madre y a la cría, pesó 30 kilos.

Nacida tras ocho meses de gestación, es el primer hijo de «Kavango», un hipopótamo macho de 12 años de edad que llegó a Cabárceno en 2012, procedente del zoológico de Viena, y de «Pepa», una hembra de 1.500 kilos. Borragán detalla, además, que las madres están junto a sus crías más alejadas del grupo, escondidas en algún recodo del lago hasta que los recién nacidos sean un poco más grandes.

Durante su primer año de vida, las crías permanecen junto a su madre mamando, bajo el agua, la leche de su progenitora y lo más cerca posible del hocico de ésta, ya que cuando se enfadan atacan a sus enemigos intentando morderles con su enorme boca dotada de afilados dientes de más de 40 centímetros de largo.

El hipopótamo, una especie protegida

El jefe de veterinarios de Cabárceno explica que el hipopótamo cuenta con un Plan de Conservación a nivel europeo, al que está acogido el parque cántabro, dada la situación que vive este mamífero en África por la sequía y la relación que tiene con el ser humano allí.

Santiago Borragán recuerda que el hipopótamo es un animal peligroso, causa más muertes en el continente africano que el león, el elefante o el leopardo y, por ello, «su futuro es un poco dudoso si no se le protege».

«El hecho de que tengamos nueve es, como quien dice, que tenemos hipopótamos para exportar. Ya los hemos puesto a disposición del coordinador de este plan (europeo de protección) y vamos a ver si seguimos creciendo», afirma Borragán. Aún así el jefe de veterinarios del Parque de la Naturaleza de Cabárceno asegura que, como en su medio natural, la manada de hipopótamos es la que manda.

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