Afuera, miles de personas clamaban, peleaban y luchaban contra él y su Gobierno. En el medio, policías y militares custodiaban el Parlamento armenio, y disparaban contra los manifestantes balas de goma, gas pimienta y granadas cegadoras. Dentro, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyán, hablaba a los diputados. 

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