Ana, de 56 años, trabajó más de 35 años como agente en el aeropuerto de Gran Canaria, dedicando la última década al servicio de reclamaciones de equipajes perdidos. En 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el síndrome del trabajador quemado como una enfermedad profesional, y recientemente, Ana ha sido diagnosticada con este síndrome. Desde 2015, Ana acumuló hasta cinco bajas, tres de ellas de larga duración, debido a cuadros de ansiedad y reacción aguda al estrés.

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