Fernando Alonso afrontó un sábado muy duro en Austria, tal como había avisado hace unos días en el Circuit de Montmeló. El asturiano, que no ha puntuado en tres de los últimos grandes premios (Imola, Mónaco y Barcelona), llegaba al Red Bull Ring sin mejoras en su Aston Martin y con un motor en las últimas, que acaba su ciclo este fin de semana. Por la mañana, en la carrera sprint, concluyó 15º y por la tarde ocupó la misma posición en la ‘qualy’ que definía la parrilla del domingo. Salvó el primer corte de milagro, por solo 80 milésimas y cayó en Q2 después de pelearse con su AMR24 y con el miedo en el cuerpo: «Me he llevado un par de sustos importantes», reveló al final del día.

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