El cáncer de mama es una de las enfermedades más prevalentes y devastadoras que afectan a las mujeres en todo el mundo. Gracias a los avances en la medicina, hoy en día es posible diagnosticarlo y tratarlo con mayor eficacia, pero aún existen desafíos significativos en su manejo y en la mejora de la calidad de vida de las pacientes. Para entender mejor la situación actual, hemos conversado con el doctor Yann Izarzugaza, experto en Oncología Médica del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, quien nos brinda una visión detallada sobre los tipos de cáncer de mama, los avances en tratamientos, y la importancia crucial del diagnóstico precoz.

El doctor Izarzugaza nos explica cómo se clasifican los distintos tipos de cáncer de mama según la expresión de ciertas proteínas, y destaca los avances recientes en tratamientos personalizados, que han mejorado significativamente las tasas de supervivencia y reducción de recaídas en varios subtipos de la enfermedad. Además, nos proporciona una visión sobre las innovaciones en las pruebas diagnósticas y los tratamientos quirúrgicos disponibles hoy en día, así como la evolución de las técnicas para evaluar la afectación ganglionar.

Por último, abordamos el impacto emocional que el cáncer de mama tiene en las pacientes y la importancia del apoyo psicológico durante todo el proceso. La combinación de avances tecnológicos y un enfoque integral en el cuidado del paciente es clave para enfrentar esta enfermedad de manera efectiva.


Pregunta: ¿Cuáles son los tipos más comunes de cáncer de mama y cómo se clasifican en función de su origen y características?

Respuesta: Dentro del cáncer de mama, estudiamos la expresión de ciertas proteínas, en concreto los receptores estrogénicos (tanto el receptor de estrógeno como el de progesterona) y la expresión de la proteína HER2. En función de eso, clasificamos a los tumores como tumores que son luminales, si expresan receptores hormonales, tumores del subtipo HER2 (que constituyen más o menos un 20% de los tumores) o tumores triple negativos si no expresan ni el receptor de estrógeno, ni el de progestrona, ni el del HER2. Esta clasificación nos permite tomar decisiones terapéuticas.

Además disponemos de clasificaciones moleculares, que surgen de estudios algo más complejos a nivel de laboratorio que nos permiten tener lo que llamamos el “subtipo intrínseco”, con el que clasificamos los tumores en 4 grupos: como Luminal A (de menor agresividad), Luminal B (más agresivos que los luminales A),  enriquecidos en HER2 y los tumores basales que suelen corresponder con la estirpe triple negativo por las técnicas habituales de anatomía patológica.

P: ¿Y qué avances recientes se han logrado en el tratamiento del cáncer de mama que podamos resaltar?

R:
Pues en el cáncer de mama, aunque desgraciadamente todavía en las pacientes con tumores localizados tenemos tasas de recaída que pueden llegar hasta el 30%, se están consiguiendo grandes avances en cada uno de los subtipos.

En los tumores triple negativos localizados las combinaciones de quimioterapia asociadas a inmunoterapia han mejorado los resultados sensiblemente. La aparición de inhibidores del PARP también nos ha permitido lograr disminuir las recaídas para un subgrupo de tumores que presentan mutaciones en los genes BRCA. 

También hay avances para aquellas pacientes que tienen tumores luminales de alto riesgo; hemos visto que añadir un fármaco, el Abemaciclib, mejora los resultados al tratamiento hormonal estándar.

Y finalmente para las pacientes con tumores HER2 en los últimos años tenemos la posibilidad de rescatar aquellas pacientes que tenían enfermedad residual a los tratamientos que llamamos neoadyuvantes (previos a la cirugía) con terapias dirigidas para esta diana.



El doctor Yann Izarzugaza Perón, experto en Oncología Médica del hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

P: ¿Por qué es tan importante en el cáncer de mama el diagnóstico precoz?

R:
Pues es fundamental hacer un diagnóstico precoz en cáncer de mama, porque el detectar un tumor cuando es pequeño y cuando no hay afectación de ganglios es lo más importante a la hora de disminuir el riesgo de una recidiva a futuro.

El estadiaje tumoral, es decir, el tamaño tumoral y la afectación o no de ganglios sigue siendo el principal factor pronóstico en el cáncer de mama y en la mayoría de tumores.

P: ¿Existen algunos síntomas que puedan llevar a una persona a sospechar que sufre un cáncer de mama? ¿Hay síntomas diferentes en función de los tipos de tumor que nos ha explicado?

R: A la hora del diagnóstico del cáncer de mama localizado, lo que la paciente puede notar es un bulto en la mama, que es lo más común, o bien cambios en el aspecto de una mama con respecto a la otra: retracciones del pezón, asimetrías que antes no tenía, a veces sangrados a través del pezón también pueden ser sugestivos de que puede haber algún problema a nivel mamario. Lo principal suele ser, o lo que suelen ver las pacientes, es un bulto, una nodularidad nueva a nivel de la mama.

P: ¿Y cuáles son las principales pruebas o las más importantes para diagnosticar el cáncer de mama?

R: A día de hoy, la prueba prínceps sigue siendo la mamografía, que nos permite diagnósticos muy precoces. Permite detectar microcalcificaciones y muchas veces tumores que todavía no son infiltrantes. Estas mamografías han ido mejorando y ahora tenemos opciones de hacer mamografías digitales, con equipos de radiodiagnóstico más novedosos e incluso hacer mamografías con contraste.

Tenemos otras técnicas de imagen como es la ecografía mamaria, que suele dar un apoyo a la mamografía cuando tenemos mamas muy densas, que suele ocurrir en mujeres jóvenes. Y, por último, tenemos la resonancia magnética, que es una prueba que es muy sensible pero poco específica. Es decir, muchas imágenes pueden resultar sospechosas en la resonancia magnética, por lo que la solemos reservar para aquellos casos en los que tenemos una alta sospecha o que ya tenemos un diagnóstico confirmado y cuando queremos, antes de operar, asegurarnos de que no haya más lesiones.

P: ¿Hablando de las operaciones, qué tipo de tratamientos quirúrgicos hay hoy en día y en qué han variado los últimos años?

R: En cuanto a la intervención quirúrgica básicamente son dos las opciones que tenemos. O bien una cirugía conservadora (y una radioterapia asociada), en la que quitamos exclusivamente el tumor y cogemos más margen para asegurarnos de que los bordes no estén afectos. Y la otra alternativa es hacer una mastectomía, más radical, y quitar por completo la mama. Esto lo tenemos que hacer cuando hay multicentricidad, múltiples focos en la mama, o cuando el tumor es muy grande. Escogemos esta técnica de mastectomía si hay otros factores de riesgo genético que nos indican un alto riesgo de un nuevo tumor a lo largo de la vida del paciente.

Un equipo médico hace uso de la Crio-EBUS (criobiopsia transbronquial mediastínica).


Se han hecho bastantes mejoras en cuanto al estudio del ganglio centinela. Antiguamente hacíamos muchísimos vaciamientos axilares (quitar todos los ganglios de la axila) y, ahora mismo, con técnicas de ganglio centinela y con la adopción de nuevas herramientas de biología molecular y de tests genómicos muchas veces tenemos suficiente información haciendo exclusivamente la extirpación de un ganglio centinela. El vaciamiento axilar lo reservamos para casos puntuales.

P:¿Cómo afecta emocionalmente el tratamiento a las pacientes y qué apoyo se les ofrece?

R: En el cáncer de mama, cuando hay que recurrir tanto a cirugías como a tratamientos sistémicos, ya sean de quimioterapia u hormonales, hay un impacto tanto a nivel psicológico, como social. A múltiples niveles. En esta problemática, a nivel hospitalario, todavía tenemos recorrido por hacer. Los centros hospitalarios solemos tener apoyo de consultas de psicooncología que brindan apoyo a pacientes tanto a nivel individual como de grupos. Además, hay mucho apoyo también por parte de asociaciones de pacientes, pero es evidente que esta ayuda es una gran demanda que tenemos que esforzarnos en mejorar.

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