«Vamos por el buen camino para la creación de un nuevo grupo parlamentario. Y quien quiera unírsenos, será bienvenido“, afirmó la presidenta de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, ante un congreso de su partido ultraderechista bajo acosos de distinto signo: el resto de la extrema derecha europea los repudia como socios, por su radicalismo; el espectro parlamentario alemán lo mantiene aislado; y, además, la cita federal de sus 600 delegados arrancó con decenas de miles de manifestantes clamando contra la «propaganda nazi“ por los aledaños del pabellón de Essen, la ciudad del oeste de Alemania que acoge el congreso.

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