Embaucaba a cualquiera para conseguir sus objetivos. Ambicioso, manipulador y maquiavélico como ningún otro, Sísifo se puede considerar, sin duda, como uno de los personajes más astutos de la mitología griega. Llegó incluso a engañar por dos veces a la muerte. Ni Tánatos ni Hades pudieron acabar con él y enviarlo al inframundo para siempre. Era un artista en el difícil arte de no mojarse bajo una lluvia torrencial, de no despeinarse en un tsunami, de ejercer de turista al borde del abismo. Pero la suerte nunca es eterna. En la moneda nunca puede salir siempre cara. Quizás por esto y sobre todo por su vida nada modélica, tiempo después, el “dios de los dioses” Zeus le impuso un curioso y duro castigo: Sísifo debía empujar cuesta arriba una piedra enorme por una ladera empinada para, poco antes de alcanzar la cima, dejarla caer hasta su punto original y volverla a llevar de nuevo hacia arriba. Y lo peor era que tenía que repetir esto una y otra vez durante toda la eternidad.

Fuente