Los empresarios que hace ahora un siglo impulsaron la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA) fueron, a juicio de Adrián Barbón, presidente del Principado, unos «visionarios». Los promotores de una cita que aglutina ahora a más de 700.000 visitantes cada año, consolidándose así como la feria más concurrida del país, plantearon ya desde los inicios crear un certamen de exposición empresarial que cubriese tres frentes: dinamizar la economía local, afianzar la «autoestima» de la región y aprovechar un potencial turístico por entonces aún en pañales. «Eligieron el camino correcto», defiende el socialista. Y, para conmemorar la historia de una Feria que ahora se hace centenaria, la Cámara de Comercio de Gijón y LA NUEVA ESPAÑA –que publica hoy un completo suplemento especial sobre este aniversario– organizaron ayer un multitudinario acto de homenaje en el Club LA NUEVA ESPAÑA en el que autoridades y empresarios, además de echar la vista atrás, reivindicaron el «pleno vigor» de una cita que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y mantenerse «a la vanguardia». «El formato sigue siendo garantía de éxito», defendió Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Gijón.

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