Este viernes 28 de junio se celebra el Día del Orgullo LGTBIQ+. Una cita que se remonta a las revueltas de Stonewall (en Nueva York) en 1969. El colectivo ha cambiado mucho desde entonces, y esos cambios se reflejan en la cultura y su evolución. Los artistas que ahora cuentan sus experiencias a la generación Z poco tienen que ver con con los del siglo XX.
Los jóvenes LGTBI tienen una probabilidad 2,5 veces mayor de experimentar soledad no deseada y un 89,2% más de probabilidades de sentirse solos si sufren ansiedad o depresión. Así lo refleja un estudio de SoledadES para Fundación ONCE y Ayuda en Acción. Y aunque lo imprescindible para sentirse acompañados es la inclusión y el final de los prejuicios, la música también acompaña mucho. Y saber que hay artistas dando la cara por la libertad del colectivo es, sin duda, un paso hacia adelante.
La generación Z es, probablemente, la que más artistas abiertamente LGTB tiene en el panorama internacional. Y en España, particularmente, hay varios músicos que hablan sin tapujos sobre su sexualidad y sin haber alcanzado la treintena.
La liberación LGTB
Guitarricadelafuente es el nombre artístico de Álvaro Lafuente Calvo, un joven de 26 años que se dio a conocer por redes sociales y cuyos temas ya forman parte de la cultura pop de nuestro país. Su música es alternativa, mezcla los sonidos de sintetizador con ritmos folclóricos en baladas íntimas con letras de lo más sensuales.
En sus canciones no ha tenido nunca ningún miedo ni pudor de hablar de su sexualidad, ni tampoco nunca se había sentido cohibido por ello. «Una mayoría se pensaba que soy hetero. Bueno, ahora soy gay, pero a saber qué soy dentro de cinco años», decía en una entrevista de 2022 con Shangay. «Es algo que nunca he escondido, aunque tampoco me había pronunciado«, admitía, desvelando que su madre se había enterado de su homosexualidad a través de una entrevista.
En definitiva, Guitarricadelafuente siempre le ha quitado hierro a su sexualidad. Como hace otra referencia LGTB de la generación z del panorama nacional, como es Samantha Hudson (de 24 años). Una expresión opuesta a la de otros artistas como Pablo Alborán, de 35, que en 2020 desveló que era gay para sorpresa de muchos de sus seguidores.
La mejor muestra de que las nuevas generaciones ven la sexualidad de otra manera es Operación Triunfo. Las nuevas ediciones del programa de talentos han estado a la vanguardia de la representación de una juventud diversa. Por eso no es de extrañar que este año los pregoneros del Orgullo en Madrid vayan a ser Juanjo, Martin, Violeta y Chiara, de la última edición del programa.
El reguetón gay
Precisamente de Operación Triunfo ha salido uno de los artistas más rompedores del colectivo. La Cruz es Alfonso, el primer eliminado de la edición de 2018, que se ha convertido en la sorpresa de su edición. Con sus 28 años ha cambiado su nombre escénico y ha apostado por el reguetón, un tipo de música cuyas letras se asocian habitualmente a artistas normativamente heterosexuales.
«Me dijeron que no podía dedicarle un reguetón a otro jevo [chico gay]», dice en su bio de YouTube, donde acumula más de 110.000 suscriptores. Sus tres últimos singles demuestran el éxito que ha tenido su apuesta, ya que todas ellas superan el millón de visualizaciones. En particular, Te conocí bailando casi llega a los tres millones de reproducciones, por encima de los números de otros artistas de su generación que duraron más en el programa.
Por supuesto, el reguetón no cambia si lo canta una persona que se identifica como gay. Sin embargo, las letras reflejan una realidad que el género no había representado todavía.
Porque, a pesar de que para muchos el colectivo LGTB ya no tenga más reivindicaciones que hacer, aún hay muchos terrenos por conquistar. Lo expresa Jimena Amarillo en una de sus últimas entrevistas. La cantante de 23 años, considerada como indie a pesar de sus reivindicaciones por ser rapera, asegura que cada festival en el que actúa tiene que ofrecer un nuevo espectáculo.
Ser lesbiana por encima de cantante
«Me encantaría tener un show fijo para cada sitio al que voy como puede tener una banda heterosexual porque a todo el mundo le va a gustar. Pero igual lo que yo diga a lo mejor no gusta», confesaba Jimena Amarillo en una entrevista con Jenesaispop. En los comentarios, sin embargo, muchos de sus seguidores le insisten en que sea ella misma. «Soy hetero y me encanta tu música», le dice uno de los mensajes.
Jimena admite que su sexualidad tiene mucha carga en su trabajo artístico. «Soy lesbiana por encima de cantante», bromeaba con sentido del humor en una entrevista con la Radio Primavera Pop. También Mushka, cuyo nombre de nacimiento es Irma Farelo y es la hermana de Bad Gyal. «No he tenido referentes de mujeres que canten sobre lesbianas», decía en una entrevista del pasado año. Su visión musical está muy marcada por quién es, tanto su identidad cultural como sexual. No solo habla de sus experiencias con otras mujeres, sino que lo hace en catalán.
El estilo de música de Mushka se ha calificado como «reguetón fiestero sensual». Su tema con Bad Gyal ha sido uno de los temas más virales de los últimos meses, con el estribillo sonando una y otra vez en Tik Tok, y el videoclip alcanza casi los tres millones de visualizaciones. Sin duda, la prueba de que los más jóvenes prefieren la libertad de un cantante sincero y que estos artistas están difuminando las barreras que hasta ahora existían.
Que aquellos que sintieron que tenían que callarse sobre su sexualidad y su modo de vida ya no tienen nada que ocultar.