Anda Italia, la actual campeona de Europa, sumergida en dudas. Dudas a las que no halla respuesta Luciano Spalletti, el técnico que debe defender la corona conquistada en Wembley hace ahora tres años. Tras dos días libres en los que el fútbol descansó en Alemania, su duelo con Suiza, que ha resurgido de sus problemas, es la prueba definitiva que se vivirá este sábado por la tarde en Berlín. Está en juego superar la frontera de los octavos de final.
No es un rival fácil porque se ha reconstruido como grupo después de una polémica fase de clasificación en la que Murat Yakin, su entrenador, estuvo al borde del despido. Llegó a la Eurocopa y casi por arte de magia se ha hecho un equipo serio y solvente esta Suiza, capaz de superar la primera criba con cinco puntos y sin perder ni un solo encuentro: ganó a Hungría (1-3), empató con Escocia (1-1) y hasta con Alemania (1-1), necesitada la anfitriona de un milagroso gol de Füllkrug en el tiempo añadido.
Suiza pide «más respeto»
Tiene Italia que desactivar a ese tridente ofensivo integrado por Ndoye, Rieder y Embolo. Jugadores que cambian posiciones con tanta naturalidad en el frente de ataque que no se sabe bien de qué juega cada uno de ellos. «Tras este partido espero que todo el mundo respete un poco más a Suiza», declaró Granit Xhaka, el centrocampista del Leverkusen que ha ganado Bundesliga y Copa alemana, además de capitán suizo, tras ese empate con la selección de Nagelsmann que alertó al fútbol europeo.
Los cinco goles de Suiza en los tres primeros encuentros contrastan con los tres anotados por la ‘squadra azurra’, cuyos ‘nueves’ (Scamacca y Retegui) viven desconectados del juego colectivo. Salvado Spalletti y todos ellos por ese milagroso tanto de Zaccagni (m. 90+8) que no se entiende sin la clarividencia ofensiva de un central, Calafiori, que se perderá los octavos de final porque está sancionado.
Agarrados a Donnarumma
En este joven defensa (22 años), pulido por Motta en el asombroso Bolonia que se ha colado en la Champions tras dejar un juego extraordinario en el ‘calcio’, quedan representadas muchas de las virtudes de esta Italia. Es un equipo que vive agarrado a las manos de Donnarumma, quien ha vivido una contradictoria campaña en el Paris SG.
Ahora, en cambio, se está mostrando solvente y seguro. España, tras un impresionante partido en la creación de oportunidades, solo la pudo batir con aquel autogol de Calafiori. Y hasta le paró un penalti a Modric en el duelo contra Croacia. Aunque segundos más tarde, y tras una gran parada al remate de Budimir, el jugador del Madrid aprovechó el rechace para tumbar al gigantesco meta italiano.
Lleva Donnarumma doce paradas en estos tres primeros encuentros, estableciendo un registro que le emparenta con el mito Buffon en la Eurocopa 2012 en la que claudicó ante la imperial España de Vicente del Bosque.
Y enfrente del meta del PSG estará el suizo Yann Sommer, el portero que eliminó a Francia (y concretamente a Mbappé), en la última Eurocopa parándole un penalti. Portero experto (35 años), campeón del scudetto con el Inter de Simone Inzaghi, fiable con las manos (apenas ha tenido que realizar cinco paradas en 270 minutos de torneo, bien protegido como ha estado) y tranquilo con los pies, con un 81.67% de acierto en el pase.
La previa del Suiza-Italia
Suiza: Sommer; Schar, Akanji, Rodriguez; Stergiou, Freuler, Xhaka, Aebischer; Ndoye, Vargas; Embolo
Italia: Donnarumma; Darmian, Mancini o Buongiorno, Bastoni; Di Lorenzo, Barella, Jorginho, Pellegrini o Frattesi, Dimarco; Chiesa y Scamacca.
Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia).
Estadio: Olímpico de Berlín.
Hora: 18:00.