Durante la hora del café, Carmen y Claudia se encontraban en la cantina mientras Don Agustín anunciaba la próxima misa. Aunque las dos amigas no soportaban la hipocresía en las palabras del cura, pronto la situación ha dado un giro de 360 grados.

Por la puerta del bar ha aparecido el querido Mateo¡vestido con la sotana! Claudia no ha podido contener la alegría, y rápidamente ha acudido a abrazar al su gran amigo, mientras este le contaba todo lo sucedido las ultimas semanas.

Pero la felicidad ha durado poco: Agustín ha interrumpido la entrañable conversación llevándose con él al joven.

¿Se quedará mucho más tiempo el nuevo sacerdote en la cantina?

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