La expansión urbana está empezando a tener un impacto importante en el calentamiento global. Aunque tradicionalmente se pensaba que la urbanización, al cubrir una fracción muy pequeña de la superficie terrestre, no afectaría al clima a gran escala, un nuevo estudio sugiere que sí está influyendo ya significativamente, especialmente en las regiones que están registrando una rápida expansión urbana.
Entre 1992 y 2019, la cobertura del suelo urbano mundial aumentó un 226%, añadiendo aproximadamente 448.113 kilómetros cuadrados de suelo urbanizado, una extensión similar a la de Suecia. La mayor parte de este crecimiento ocurrió en Asia, con China a la cabeza, y Estados Unidos.
Tradicionalmente, las ciudades quedan fuera de los modelos climáticos globales o se representan de manera muy simplista: rara vez incluyen las ciudades en sus simulaciones. Pero las ciudades influyen en el clima de muchas maneras. Los edificios en las ciudades absorben y atrapan el calor, lo que significa que las áreas urbanas tardan más en calentarse y enfriarse que las zonas rurales.
Esto puede llevar a que los habitantes de las ciudades experimenten más tiempo condiciones de calor incómodo. Además, los paisajes urbanos pueden cambiar la forma en que el aire se mueve, intensificando el clima extremo en algunas áreas.
Combinando millones de imágenes satelitales de la temperatura de la superficie terrestre con estimaciones dinámicas del área urbana, dos investigadores han analizado el impacto de la expansión urbana en el calentamiento global.
Los resultados, publicados en la revista ‘One Earth’, muestran que la influencia urbana en el calentamiento se ha vuelto más evidente con el tiempo, particularmente en países y regiones de Asia que se están urbanizando rápidamente.
Pese a ello, la urbanización no es la principal causa del calentamiento global: contribuye solo alrededor del 2% al aumento de la temperatura del suelo por término medio.
Proyecciones climáticas futuras
No obstante, hay zonas en las que ese porcentaje se dispara de forma extraordinaria. Así, por ejemplo, en la cuenca del río Yangtze, donde residen más de 480 millones de personas (un tercio de la población de China), la expansión urbana contribuyó en casi el 40% al aumento del calentamiento en la zona entre 2003 y 2019.
En Japón, donde cerca del 10% del suelo está desarrollado, la urbanización aportó una cuarta parte del calentamiento adicional observado.
En Europa y América del Norte, la señal urbana es menos pronunciada, impulsando entre un 2% y un 3% del calentamiento, según los autores, «probablemente porque gran parte del desarrollo urbano ocurrió antes del período de estudio» y a que «proporcionalmente, todavía hay una gran cantidad de tierra sin desarrollar en comparación con otras regiones y países más pequeños».
Mientras tanto, en Groenlandia, donde se añadió muy poco terreno urbano durante el período de estudio, la expansión urbana no tuvo un gran impacto en el calentamiento.
Las conclusiones del estudio tienen importantes implicaciones para las proyecciones climáticas futuras. Los autores sostienen que, al igual que otras formas de cambio de uso y cobertura del suelo, la urbanización debería incluirse explícitamente en las evaluaciones del cambio climático.
Esto requiere la incorporación de la extensión urbana dinámica y la biofísica en los modelos del sistema Tierra de la generación actual para cuantificar la posible retroalimentación urbana sobre el sistema climático en todas las escalas.
Es crucial, según los investigadores, porque la expansión urbana esperada durante el próximo siglo sugiere una mayor influencia en el clima superficial a gran escala en el futuro.
‘Isla de calor urbana’
Según Tirthankar ‘TC’ Chakraborty, científico principal del estudio, el impacto de la ‘isla de calor urbana’ en el calentamiento global de la tierra es «estadísticamente significativo», pero está lejos de ser el principal contribuyente. La mayor parte del calentamiento global sigue siendo causada por las emisiones de gases de efecto invernadero y otros cambios antropogénicos.
Un hallazgo interesante del estudio es que en algunas ciudades áridas, como las de India y África, la urbanización mostró señales de enfriamiento urbano durante el día a medida que las ciudades se desarrollaban. En India, esto se debe en parte al riego en zonas rurales que modula la diferencia de temperatura con las áreas urbanas, así como a la emisión adicional de aerosoles atmosféricos de las ciudades.
«Agregar más parques y tierras de cultivo en un clima árido ayuda a la ciudad a contrarrestar parcialmente la tendencia al calentamiento global«, apuntan los investigadores.
Otras conclusiones del estudio son que se observan aumentos masivos en el área urbana en todos los países y continentes, que la señal del calentamiento urbano se ha vuelto lo suficientemente fuerte como para detectarla a escalas mayores, y que dada la urbanización futura esperada, es «importante resolver estos impactos».
Con la mayoría de la población humana proyectada para vivir en ciudades en el futuro, una mejor representación de la urbanización en los modelos climáticos será esencial para simular mejor el cambio climático regional y desarrollar estrategias efectivas de mitigación y adaptación, concluyen los investigadores.
Informe de referencia: https://www.cell.com/one-earth/fulltext/S2590-3322(24)00248-3
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