Carmela y sus hijos ya viajan hacia América y durante el trayecto se encargan de diferentes labores en el barco. En el caso de Carmela, ella se encarga de la lavandería, dónde ha hecho una amiga española.

Mientras encartaba una prenda de ropa, Carmela se ha encontrado una importante suma de dinero y, aunque ha tenido la tentación de quedárselo, ha acabado mandándoselo de vuelta a su dueño.

Amedeo Ferri ha querido agradecerle a la granjera el gesto que ha tenido con él y le ha pedido que acuda a su camarote. “Cualquiera en su lugar se habría quedado el dinero. Puede que yo también lo hubiera hecho”, le reconoce el señor Ferri.

Carmela reconoce que el dinero le hubiese venido muy bien por su complicada situación económica. Los dos comienzan a contarse detalles de su vida: él acaba de volver a Italia, su país de nacimiento, para enterrar a su mujer y lleva 25 años viviendo en América.

Carmela se siente muy a gusto hablando con el señor Ferri, quién intenta darle el dinero que ella misma le devolvió. ¡Pero Carmela no quiere aceptarlo! ¿Volverán a verse la madre de los Carrizzo y Amedeo?

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