El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha puesto toda la carne en el asador este miércoles en el que ha sido el último cara a cara con el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, antes de las elecciones generales en el Reino Unido. El candidato conservador ha tratado de acorralar a su rival en materias como los impuestos, la inmigración y las políticas de identidad de género, consciente de que las encuestas siguen situando a su partido muy lejos de los laboristas, tanto en porcentaje de votos como en el número de representantes en la Cámara de los Comunes. A falta de una semana para los comicios, la única opción para Sunak ha sido pasar al ataque.

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