Pese al enfado con el que llegaba a la cumbre de líderes europeos la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, por ser excluida del pacto previo alcanzado por las tres grandes familias políticas (populares, socialistas y liberales), o la negativa anunciada por su homólogo húngaro Viktor Orbán, los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE han cerrado este jueves el acuerdo sobre la nueva cúpula de altos cargos que dirigirá las instituciones europeas los próximos cinco años: la conservadora alemana Ursula von der Leyen (Comisión Europea), el socialista portugués António Costa (Consejo Europeo) y la liberal estonia Kaja Kallas (alta representante para la política exterior de la UE).
El debate final arrancaba pasadas las diez de la noche, tras ocho horas de cumbre en la que han tenido como invitado especial al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y en la que han hablado de la guerra en Ucrania, de Oriente Próximo, de seguridad y defensa y de la agenda estratégica de prioridades para el próximo lustro. Una discusión sin ninguno de los candidatos presentes en la sala y con la liberal Kallas delegando su voto en el conservador finlandés, Petter Orpo. El presidente español Pedro Sánchez, ausente también en esta cumbre, delegó su voto en su homólogo alemán Olaf Scholz. Pese al intento por sumar a Meloni al pacto finalmente la primera ministra de Italia se ha abstenido en la votación de Ursula von der Leyen mientras que ha votado en contra de Costa y Kallas. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, por su parte, ha votado en contra de von der Leyen y Kallas mientras que se ha pronunciado a favor de Costa, según han confirmado fuentes diplomáticas. Mientras tanto, las restantes 25 delegaciones han votado a favor de los tres candidatos.
La cumbre arrancaba con una declaración de intenciones del primer ministro de Polonia, Donald Tusk, sobre la voluntad de tejer un acuerdo lo más inclusivo y con el mayor consenso posible. “Quiero dejar una cosa clara. Nadie respeta a la primera ministra (Giorgia) Meloni e Italia más que yo. Creo que ha habido un malentendido porque a veces necesitamos plataformas políticas específicas para facilitar el proceso, pero la decisión final corresponde a Meloni y al resto de líderes durante la cumbre”, decía en alusión a la protesta expresada veinticuatro horas antes por la italiana ante su parlamento.
Tusk, negociador del Partido Popular Europeo junto con el griego Kyriakos Mitsotakis, justificaba el pacto precocinado por el PPE, Socialdemócratas y liberales, dejando fuera del pacto a los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) que preside Meloni, en la necesidad de “facilitar” la decisión y preparar una posición común entre los líderes. “No hay Europa sin Italia y no hay decisión sin la primera ministra Meloni. Es obvio”, ha recordado el polaco, lanzando un mensaje tranquilizador hacia Roma para intentar sumar a Meloni.
Y lo mismo el alemán Olaf Scholz. «Hemos facilitado la toma de una decisión porque el Consejo Europeo y los Estados miembros también deben hacer inteligentemente una sugerencia que pueda contar con una mayoría en el Parlamento», añadía el canciller alemán, menos convencido como el resto de socialistas de que fuera necesario hacer concesiones a Meloni para incorporarla a la mayoría. «Así funciona la democracia, la democracia no trata sólo de bloquear sino de quiénes quieren trabajar juntos», espetaba el liberal belga, Alexander de Croo, en la última cumbre bajo presidencia semestral de la UE.
Hasta este jueves, además de Italia tampoco habían respaldado explícitamente el pacto ni Hungría, ni República Checa ni Eslovaquia. “La inclusividad es lo importante (…) Si fuera por méritos en la elección sería PPE, Socialistas y ECR, que es el tercero, pero está Renew (liberales) lo que es una evidencia clara de que es un acuerdo partidista. Es una vergüenza», arremetía a su llegada a la sede del Consejo el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, criticando un pacto que no refleja en su opinión el resultado de las elecciones del pasado 9 de junio. «Los votantes europeos han sido engañados. El PPE formó una coalición de mentiras con la izquierda y los liberales. ¡No apoyamos este vergonzoso acuerdo!», añadía.
La República checa, en cambio, anunciaba su apoyo al acuerdo. “Para la República Checa es crucial que la distribución respete no sólo el equilibrio político sino también el geográfico. Los nombres propuestos hasta ahora cumplen con estos criterios. Además, los conozco a todos personalmente, tienen una relación positiva con la República Checa y tengo muy buena experiencia trabajando con ellos”, se pronunciaba en la red social X a punto de iniciar el debate.
Además de confirmar la terna de altos cargos los 27 también han aprobad agenda estratégica con las prioridades políticas para el próximo lustro. El documento, una especie de hoja de ruta sobre los grandes asuntos en los que poner el foco los próximos cinco años, pone el acento en la seguridad y la industria de la defensa y la competitividad.